El tenis se enorgullece de su larga tradición de ofrecer igualdad de premios en dinero a los jugadores masculinos y femeninos en los cuatro torneos de Grand Slam. Sin embargo, la significativa disparidad en los premios en dinero en el torneo conjunto de esta semana en Cincinnati sirve como recordatorio de que la igualdad salarial sigue siendo un sueño lejano en el deporte.
En 1973, el Abierto de Estados Unidos hizo historia al convertirse en el primer torneo de Grand Slam en ofrecer igualdad de premios en dinero tanto para competidores masculinos como femeninos. Esta decisión levantó cejas en ese momento, ya que las mujeres básicamente ganaban más que sus homólogos masculinos debido a que jugaban partidos al mejor de tres sets, en comparación con los hombres que jugaban al mejor de cinco sets.
Billie Jean King, un ícono del tenis, encabezó la campaña por la igualdad de premios en dinero en el Abierto de Estados Unidos. En el año anterior al cambio, ella solo había recibido $10,000 por su victoria, mientras que Ilie Nastase había recolectado $25,000. Sus esfuerzos allanaron el camino para el cambio y sentaron un precedente para que otros torneos lo siguieran.
El Abierto de Australia siguió el ejemplo en 1984, ofreciendo igualdad de premios en dinero. Sin embargo, en 1996, volvieron a pagar más a los hombres, citando mayores clasificaciones para los partidos masculinos. Esta decisión finalmente fue revocada en 2001 y desde entonces, tanto los ganadores masculinos como femeninos han recibido la misma cantidad.
En 2007, Roland Garros y Wimbledon se unieron al Abierto de Estados Unidos y al Abierto de Australia al ofrecer igualdad de premios en dinero a sus campeones masculinos y femeninos. Desde entonces, los cuatro torneos de Grand Slam han mantenido esta política.
Sin embargo, a pesar del progreso logrado en los eventos de Grand Slam, los eventos regulares del circuito aún se quedan rezagados en términos de igualdad salarial. La razón principal de esta discrepancia no es el sexismo o el sesgo contra el tenis femenino, sino más bien el hecho de que el WTA Tour tiene acuerdos de transmisión y patrocinio menos lucrativos en comparación con el ATP Tour.Esta disparidad en el apoyo financiero lleva a que los jugadores masculinos ganen más que sus contrapartes femeninas. Esta diferencia se hace especialmente evidente durante semanas como el actual torneo de Cincinnati, donde tanto la ATP como la WTA organizan sus eventos principales previos al Abierto de Estados Unidos en el mismo lugar. El campeón masculino recibirá casi el doble de dinero en premios en comparación con la campeona femenina.
Rafael Nadal, una leyenda del tenis, compartió su perspectiva sobre el debate de igualdad salarial a principios de este año. Él enfatizó que cree en igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en términos de inversión, oportunidades y salarios. Sin embargo, también reconoció que no se trata de regalar obsequios o insistir en ganancias iguales. En cambio, hizo hincapié en la importancia de que la igualdad se base en el valor y la contribución que cada individuo aporta al deporte.
En conclusión, aunque se ha avanzado en términos de igualdad de premios en los torneos de Grand Slam, aún queda trabajo por hacer para lograr una verdadera igualdad en el tenis. Las disparidades financieras entre jugadores masculinos y femeninos en eventos regulares resaltan las realidades comerciales que contribuyen a esta brecha. Es un problema complejo que requiere discusiones y esfuerzos continuos para garantizar igualdad de oportunidades y reconocimiento para todos los jugadores, independientemente de su género.
Foto de Cincinnati Open Instagram
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