Las secuelas de los bombardeos israelíes en Gaza están revelando una consecuencia invisible, pero devastadora: la liberación de partículas de asbesto, una sustancia altamente carcinogénica que puede causar cáncer durante décadas. Según estimaciones de las Naciones Unidas, hasta 800,000 toneladas de escombros en Gaza podrían estar contaminadas con asbesto, poniendo a los residentes en grave riesgo.
Los expertos advierten que mientras el asbesto permanezca perturbado y en el aire, el riesgo de enfermedades respiratorias y cáncer persistirá en esta área densamente poblada. “Estamos ante una posible crisis de salud que se desarrollará a lo largo de generaciones”, compartió un experto. Con recursos de atención médica limitados y bloqueos en curso, Gaza enfrenta un futuro sombrío donde este “asesino silencioso” puede resultar tan mortal como la destrucción inmediata causada por la guerra.