En una escalada significativa cerca del flanco oriental de la OTAN, Rumanía movilizó cazas en respuesta a una nueva ola de ataques de drones rusos que apuntaban a la infraestructura de Ucrania cerca de la frontera rumana. El incidente ocurrió en las primeras horas del 2 de octubre de 2024, cuando los drones supuestamente se acercaban al condado de Tulcea, una región a lo largo del río Danubio, lo que provocó una rápida reacción militar. España, un aliado de la OTAN, también desempeñó un papel crucial, enviando aviones F-18 para ayudar.
A las 12:50 a.m., se desplegaron dos aviones F-18 españoles desde la Base Aérea Mihail Kogălniceanu de Rumanía, seguidos por dos aviones F-16 rumanos desde la Base Aérea de Borcea a las 2:40 a.m. La misión duró hasta las 5:00 a.m., sin que se confirmaran violaciones del espacio aéreo rumano, aunque los informes sugieren que un dron ruso pudo haber cruzado brevemente el territorio rumano durante menos de tres minutos.
El incidente ha levantado alarmas sobre la proximidad de las actividades militares rusas a Rumanía, un miembro de la OTAN. Las autoridades emitieron rápidamente advertencias a los residentes de los condados de Tulcea y Galați, instándolos a permanecer vigilantes durante la noche.
El Ministerio de Defensa Nacional de Rumanía condenó los ataques, destacando las violaciones del derecho internacional. Rumanía ha estado reforzando su defensa aérea en respuesta a varios incidentes anteriores que involucraron drones rusos cerca de su frontera, con la OTAN aumentando sus capacidades de vigilancia en la región.
La participación de España en la respuesta es parte de la misión de Policía Aérea Mejorada (EAP) de la OTAN. España ha desplegado ocho F-18 en Rumanía desde 2023 bajo el destacamento «Paznic», con el objetivo de asegurar las fronteras sudeste de la OTAN, particularmente cerca del Mar Negro, en medio de las crecientes tensiones en Europa del Este. Estos aviones han desempeñado un papel crítico en múltiples operaciones de defensa aérea de alto perfil.
La Fuerza Aérea Rumana, por su parte, ha experimentado una modernización significativa desde 2010. Inicialmente, tenía como objetivo adquirir F-16 de EE. UU., pero Rumanía se volvió hacia Portugal debido a restricciones presupuestarias, adquiriendo 12 F-16 usados para 2016. Esto marcó el comienzo de un esfuerzo en múltiples etapas para retirar los envejecidos MiG-21 del país y actualizarse a aviones de combate más modernos. Rumanía amplió aún más su flota con F-16 adicionales de Portugal y Noruega, con planes de operar tres escuadrones de F-16 para 2023.
Desde el estallido de la guerra en Ucrania, Rumanía ha enfrentado numerosos incidentes involucrando drones rusos en sus regiones fronterizas. Se han encontrado restos de drones que apuntaban a la infraestructura portuaria ucraniana en suelo rumano en múltiples ocasiones, lo que ha generado preocupaciones sobre violaciones de la soberanía rumana y la seguridad de sus ciudadanos.
El gobierno rumano ha respondido a estas incursiones fortaleciendo sus sistemas de defensa aérea y aumentando la coordinación con los aliados de la OTAN. Los funcionarios rumanos han pedido una mayor cooperación defensiva dentro de la alianza, subrayando la grave amenaza que representan los ataques con drones y el potencial de que el conflicto se extienda a los países vecinos.
Rumania permanece en alta alerta, especialmente mientras el conflicto continúa desatado cerca de puertos ucranianos críticos a lo largo del río Danubio. Con los drones rusos continuando su ataque a estas áreas, Rumania y sus aliados de la OTAN están monitoreando de cerca la situación, preparados para responder rápidamente a cualquier amenaza adicional a su espacio aéreo.