Un escalofriante documento de 36 páginas obtenido por las fuerzas israelíes revela que Hamas planeaba un ataque estilo 11 de septiembre en las icónicas torres del Centro Azrieli de Tel Aviv, con el objetivo de devastar a Israel mediante una invasión coordinada y en múltiples frentes. Encontrado en la computadora de un líder de Hamas durante una redada en una base de Gaza el pasado noviembre, el documento detalla una estrategia de asalto que va más allá de los recientes ataques del 7 de octubre, mostrando un plan extenso y calculado para atacar a Israel por tierra, mar y aire.
Según fuentes de seguridad israelíes, el documento fue probablemente redactado en septiembre de 2022 y describe una invasión por fases que comienza con un asalto en el frente norte de Israel, cerca de la frontera libanesa, donde los militantes de Hezbollah controlan la zona. Los funcionarios israelíes creen que el plan involucraba atraer a las fuerzas de las IDF hacia el norte en un intento de engañarlas para que pensaran que la incursión era limitada. En realidad, Hamas planeaba un masivo bombardeo de cohetes desde Gaza, Cisjordania y Líbano mientras las fuerzas israelíes estaban distraídas. Esto sería acompañado por ataques simultáneos desde dentro del territorio israelí, donde estarían estacionadas celdas terroristas.
Central al plan era un objetivo ambicioso y horrífico: la demolición de las tres torres del Centro Azrieli, los rascacielos más altos de Tel Aviv, que se encuentran sobre un centro comercial con un extenso estacionamiento subterráneo. Los operativos de Hamas, según el plano, fueron instruidos para colocar explosivos en coches estacionados debajo de los edificios, con el objetivo de provocar un colapso que crearía lo que el documento describe como una “crisis similar al World Trade Center en Nueva York.” Las imágenes de la destrucción, creían los estrategas de Hamas, no solo inspirarían a los palestinos a levantarse, sino que también crearían ondas de choque psicológicas en Israel, con ataques adicionales a sitios nacionales críticos en Jerusalén que seguirían.
En una fase posterior del asalto, los combatientes se movilizarían desde Sderot, cerca de Gaza, y se dirigirían hacia Jerusalén, donde tendrían como objetivo ocupar la Mezquita Al-Aqsa, uno de los sitios más sagrados del Islam, y la Knesset, el parlamento de Israel. Al apoderarse de estos hitos, Hamas esperaba encender una “liberación” simbólica de Jerusalén, un movimiento diseñado para reunir a los palestinos y atraer la atención internacional hacia su causa.
El plano descubierto también destaca el grado de planificación táctica involucrada en las acciones de Hamas. Subraya lo que la inteligencia israelí ahora considera un período de preparación de años, indicando que el ataque del 7 de octubre, que mató a casi 1,200 israelíes, no fue un acto espontáneo, sino una misión calculada y compleja con objetivos claros. Según una fuente de seguridad israelí, “Este tipo de documento muestra que el 7 de octubre no fue una decisión momentánea o un evento aislado. Fue parte de un plan extenso con profundas raíces en las ambiciones estratégicas de Hamas.”
A medida que los expertos en seguridad internacional analizan los detalles del documento, se están estableciendo comparaciones entre las tácticas de Hamas y otros ataques terroristas importantes. El enfoque del plan en objetivos de alto perfil dentro de Israel y la dependencia del impacto psicológico reflejan otros eventos terroristas devastadores destinados a generar un shock y caos generalizados. Las recientes revelaciones han amplificado los llamados a una mayor vigilancia internacional sobre Hamas y sus afiliados, mientras Israel se prepara para lo que los funcionarios temen que puedan ser más intentos de ejecutar componentes de esta estrategia de larga data.