Después de una temporada de Fórmula 1 2023 totalmente dominante, donde el RB19 de Red Bull aseguró 21 de 22 victorias en carreras, el equipo entró en 2024 con altas expectativas para su evolución radical, el RB20. Inicialmente, el coche parecía estar preparado para mantener su supremacía, con Max Verstappen logrando siete victorias en las primeras diez carreras. Sin embargo, una combinación de factores—más notablemente una actualización fallida en Imola y una prohibición de su innovador sistema de «frenos mágicos»—hizo que el rendimiento de Red Bull se resintiera, permitiendo a McLaren y Lando Norris cerrar la brecha en la batalla por el campeonato.
A medida que la temporada avanzaba, el MCL38 de McLaren, que ha mejorado enormemente, emergió como un serio contendiente, con Norris reduciendo la ventaja de Verstappen a 52 puntos con seis carreras restantes. Con tres de esas carreras con formato de sprint, la lucha por el título sigue abierta, aunque Verstappen se mantiene en una posición fuerte para asegurar su cuarto campeonato consecutivo.
Las dificultades de Red Bull han sido notables en las carreras recientes, pero ha habido signos de mejora. Actuaciones ligeramente mejores en Bakú y Singapur han dado al equipo esperanza, y una actualización significativa planeada para el próximo Gran Premio de EE. UU. en Austin podría resultar crucial para ayudar a Verstappen a defender su título.
Mientras Red Bull se centra en la tarea inmediata de retener el campeonato de pilotos, también deben gestionar sus recursos con cuidado mientras miran hacia 2025 y los importantes cambios en la regulación en 2026. El director del equipo, Christian Horner, reconoció el delicado equilibrio que Red Bull está logrando entre los objetivos a corto y largo plazo.
«En este negocio, siempre estás malabareando, y tienes que poner un pie delante del otro. No puedes proyectar demasiado lejos en el futuro. A largo plazo en F1 se refiere a aproximadamente dos meses y medio, y lo que aprendemos este año es relevante para el próximo,» dijo Horner, enfatizando la naturaleza iterativa del desarrollo del automóvil bajo las actuales restricciones del límite de costos.
El coche de 2025 será una evolución del RB20, con muchos componentes que probablemente se mantendrán debido al límite de costos, a menos que una ganancia de rendimiento significativa justifique cambios importantes. Pero 2026 presenta un desafío aún mayor para Red Bull, ya que se preparan para convertirse en un fabricante de unidades de potencia de F1 con la introducción de sus propios motores bajo las nuevas regulaciones. La división Red Bull Powertrains del equipo, creada en asociación con Ford, ha reclutado a 600 personas y construido una fábrica de última generación para satisfacer las demandas de esta nueva empresa.
«Es, con mucho, nuestro mayor desafío,» admitió Horner. «Hemos creado una empresa emergente, reclutado de manera agresiva, construido una fábrica y reunido a un grupo de personas para trabajar dentro de una cultura de Red Bull que ha sido tan exitosa en el lado del chasis.»
A pesar de la magnitud de este proyecto, Horner es optimista sobre los beneficios a largo plazo, señalando que tener a los ingenieros de chasis y de unidades de potencia trabajando codo a codo creará sinergias valiosas. «Ya hemos visto el beneficio y la diferencia de tener a los ingenieros de chasis y de motores sentados uno al lado del otro mientras comenzamos a integrar el motor de ’26 en el coche de ’26.»
Aunque Red Bull aún está en la búsqueda del campeonato de pilotos de 2024, sus esperanzas de retener el título de constructores son menos ciertas. McLaren ha tomado la delantera, actualmente liderando por 41 puntos en la clasificación, lo que deja a Red Bull potencialmente conformándose con el segundo lugar. No obstante, el equipo se mantiene enfocado en el futuro, tanto en términos de defender su dominio en la F1 como en prepararse para la monumental tarea de convertirse en un fabricante de unidades de potencia a gran escala en 2026.
Con actualizaciones en camino y una estrategia a largo plazo clara, Red Bull se está preparando para enfrentar los desafíos que se avecinan, tanto dentro como fuera de la pista. Pero con McLaren pisándoles los talones, el resto de la temporada 2024 será una prueba crucial de su resiliencia y adaptabilidad.