El evento de Donald Trump en un ayuntamiento en Pennsylvania tomó un giro inesperado cuando, en medio de la sesión de preguntas y respuestas, dos personas se desmayaron en el abarrotado y caluroso salón. Tras un segundo colapso, Trump supo que era hora de cambiar de enfoque. «No hagamos más preguntas. Solo escuchemos música,» dijo, decidiendo entretener en lugar de arriesgar más incidentes. Lo que siguió fue puro Trump—una lista de canciones espontánea y surrealista que abarcó desde Ave Maria hasta It’s a Man’s World de James Brown, finalizando con YMCA mientras se movía y animaba a la multitud a votar.
La noche había comenzado como un ayuntamiento tradicional, pero cuando Trump hizo una pausa por el primer incidente, un médico se apresuró a entrar, y algunos asistentes comenzaron a salir. Determinado a mantener al público, Trump pidió música. “Esto es un poco complicado,” admitió al público. Luego, dirigiéndose a su equipo, solicitó Ave Maria—la misma canción que afirmó “creó un momento mágico” en un mitin anterior.
La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, coanfitriona del evento, se unió mientras la lista de reproducción de Trump pasaba de It’s a Man’s World de Pavarotti a YMCA de los Village People. “Si ganamos Pennsylvania, ganamos todo,” recordó al público, moviéndose y sonriendo mientras los fans agitaban sus gorras rojas de MAGA al ritmo de la música.
Mientras la sesión de DJ improvisada de Trump encantaba a la multitud, la noche fue un recordatorio de lo reñida que se ha vuelto la carrera en Pennsylvania. Trump y Kamala Harris están codo a codo, cada uno con un 47% en este estado clave. Ambas campañas están invirtiendo recursos en Pennsylvania, con Harris también haciendo campaña en Erie, y el equipo de Trump planeando paradas con su elección de VP, J.D. Vance, y Elon Musk contribuyendo a los esfuerzos republicanos en el terreno.
La imprevisibilidad característica de Trump podría haber aliviado una noche tensa, pero la batalla en Pennsylvania es feroz. Con las encuestas empatadas y el Día de las Elecciones a la vuelta de la esquina, este estado podría ser la clave para la Casa Blanca—y Trump está dispuesto a hacer lo que sea necesario, incluso si eso significa convertir su sesión de preguntas y respuestas en un festival de música inesperado.