A medida que la carrera presidencial de 2024 se desarrolla con una estabilidad implacable en las encuestas, la historia nos recuerda que un evento de última hora—una «sorpresa de octubre»—podría aún interrumpir el concurso. A lo largo de los años, las elecciones en EE. UU. han sido moldeadas por giros imprevistos que ponen en duda meses de estrategia de campaña y encuestas.
Desde la crisis de los rehenes en Irán en 1980 hasta la repentina reapertura de la investigación de los correos electrónicos de Hillary Clinton por parte de James Comey en 2016, estas sorpresas tienen el poder de influir en el sentimiento público en la recta final. La revelación de DUI de George W. Bush en 2000 y el mensaje en video de Osama bin Laden días antes de las elecciones de 2004 son más ejemplos de choques de última hora con un impacto duradero.
Incluso este año, la agitación global, los desastres naturales y los cambios de política repentina sugieren la imprevisibilidad que se avecina. La edad de Joe Biden también ha atraído escrutinio, con cualquier error de alto perfil potencialmente amplificando las dudas sobre su candidatura. Como ha demostrado la historia, un solo evento inesperado en estas últimas semanas podría alterar drásticamente la carrera de 2024, convirtiendo lo que parece ser una campaña estable en otro capítulo inolvidable de la historia política.