Larry Boyer, un padre de 56 años de Connecticut, se enfrentaba a lo impensable: un diagnóstico de cáncer de páncreas en etapa cuatro y un pronóstico contundente de que probablemente tendría seis meses de vida. Pero hoy, está reescribiendo las estadísticas médicas y viviendo libre de cáncer, gracias a un tratamiento experimental que desafía la convención. Cuando los médicos le dieron la triste noticia, Larry, un científico de datos retirado, entendió que los números no estaban de su lado. El cáncer de páncreas es uno de los tipos más letales, con solo un 3% de tasa de supervivencia cuando alcanza etapas avanzadas. Su caso era grave: 16 tumores se habían propagado más allá de su páncreas a otros órganos. Sin embargo, su historia estaba lejos de haber terminado.
“Una vez que comencé a investigar otras opciones,” recuerda Larry, “me di cuenta de que no tenía que conformarme con esa sentencia de seis meses.” Se conectó con el Instituto Oncológico Williams, donde el Dr. Jason Williams lidera un equipo que pionero en nuevas terapias contra el cáncer. El enfoque de Williams combina la crioblasia—una técnica que congela los tumores hasta la muerte—con una forma de inmunoterapia que activa la respuesta inmune del propio cuerpo. No estaba cubierto por el seguro, y requería viajes a México para recibir un tratamiento asequible, pero Larry estaba decidido. Durante varios meses, se sometió a crioterapia e inmunoterapia intratumoral en Cabo San Lucas, pagando $125,000 de su propio bolsillo.
A través de este tratamiento, su cuerpo se convirtió en un campo de batalla para la innovación. Para noviembre, las exploraciones de Larry mostraron que su tumor principal en el hígado se había reducido a la mitad y su tumor pancreático en un 65%. Varios tumores más pequeños en su hígado habían desaparecido. Hoy, sus exploraciones están limpias, aunque Larry no será declarado «libre de cáncer» hasta que pasen cinco años sin una recurrencia. “Cada día me recuerdan lo afortunado que soy, especialmente cuando veo a amigos diagnosticados después de mí perdiendo sus batallas,” dice. Para Larry, cada exploración se siente como un triunfo, un testimonio del poder de la perseverancia y la ciencia de vanguardia.
El Dr. Williams está decidido a avanzar con su tratamiento a pesar de los obstáculos para obtener la aprobación total de EE. UU. y el respaldo de seguros. «No nos vamos a detener. La gente está muriendo; estamos aquí para cambiar eso,” dijo. Y si la historia de Larry es algo a lo que aferrarse, eso es exactamente lo que está haciendo—una sesión de congelación a la vez.