La familia de Jayland Walker, un hombre negro que fue disparado 94 veces por la policía de Akron, Ohio, durante una parada de tráfico en 2022, ha llegado a un acuerdo con la ciudad en una demanda por muerte injusta presentada hace más de un año. Los detalles del acuerdo permanecen en secreto, pero se espera que los abogados de la familia se dirijan al público pronto, mientras que los funcionarios de la ciudad de Akron han optado por permanecer en silencio hasta la finalización de todas las legalidades.
La trágica muerte de Walker provocó una amplia indignación después de que se revelara que la policía de Akron disparó casi 100 balas en cuestión de segundos durante una persecución. En los momentos previos al tiroteo, Walker, de 25 años, supuestamente disparó un solo tiro desde su automóvil antes de intentar huir a pie, dejando su arma atrás en el vehículo. La policía afirmó que lo percibieron como una “amenaza mortal” inmediata cuando se negó a rendirse.
La demanda de la familia, presentada en junio de 2023, exigía 45 millones de dólares y acusaba al Departamento de Policía de Akron de uso excesivo de la fuerza y una “cultura de violencia y racismo.” Cabe destacar que un gran jurado se negó a acusar a cualquiera de los oficiales involucrados, y el departamento ha continuado reteniendo sus nombres.
Este caso surge en medio de una conversación nacional más amplia sobre las prácticas policiales y el uso de la fuerza mortal. El mes pasado, el Foro de Investigación Ejecutiva de la Policía (PERF) publicó nuevas directrices que piden a los departamentos de todo el país que reformulen sus políticas sobre el uso de la fuerza. Citando más de mil muertes a lo largo de una década relacionadas con métodos de contención de la aplicación de la ley, el reciente informe de PERF insta a cambios significativos, desde fortalecer las tácticas de desescalada hasta asegurar que los oficiales trabajen más estrechamente con los respondientes médicos. Su enfoque sigue a tragedias continuas, incluido el asesinato de George Floyd, que destacan la urgente necesidad de reforma.
El caso de Walker es un recordatorio contundente de estos problemas sistémicos, resonando en llamados a la acción en Akron y más allá. A medida que la familia de Jayland ahora encuentra alguna forma de cierre, la pregunta apremiante sigue siendo: ¿cómo responderán las comunidades y los departamentos de policía en todo el país para prevenir tragedias similares?