La reacción ardiente de Frances Tiafoe ante una violación de tiempo en el Masters de Shanghái 2024 ha desatado debates sobre la equidad de la regla del reloj de saque en el tenis. Con las tensiones al máximo en su desempate del set decisivo contra Roman Safiullin, Tiafoe recibió la violación por un aparente retraso en su primer saque. Después de perder los siguientes dos puntos y el partido, el estadounidense se desahogó con el árbitro, afirmando que lanzó la pelota a tiempo. La decisión de que su intento no fue genuino desató el ahora famoso colapso de Tiafoe.
Andy Roddick opinó en su podcast, alineándose con Tiafoe. «Básicamente, la decisión sobre Frances fue que no fingió lo suficiente… Si vamos por la letra de la ley, debería haberse reiniciado cuando Frances lanzó la pelota, sin importar cómo se viera.» Según Roddick, el “error” de Tiafoe fue hacer su lanzamiento falso demasiado obvio—algo que otros jugadores hacen toda la temporada sin penalización.
El torneo, que terminó con Jannik Sinner negándole a Novak Djokovic su título número 100, no estuvo exento de controversias arbitrales. Desde la puntuación mal llamada por el árbitro Carlos Bernardes en el partido Wawrinka-Cobolli hasta el intercambio acalorado de Alexander Zverev sobre una decisión de doble rebote, la consistencia parecía escasa. Incluso estrellas como Djokovic y Tsitsipas tuvieron problemas con el reloj de saque.
La opinión de Roddick plantea preguntas sobre la equidad de la regla y la consistencia de su aplicación, avivando una conversación creciente entre jugadores y aficionados. ¿Es la violación de Tiafoe un signo de fisuras en el sistema, o simplemente la nueva realidad de un juego que lidia con un cronometraje impulsado por la tecnología? De cualquier manera, Roddick dejó clara su postura: la crítica de Tiafoe fue una crítica justificada a una regla inconsistente.