Con solo semanas antes de las elecciones presidenciales en EE. UU., Donald Trump ha generado controversia una vez más al culpar al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky y al presidente de EE. UU. Joe Biden—no a Vladimir Putin—por la invasión rusa a Ucrania. Durante una entrevista en un podcast publicada el 17 de octubre, Trump afirmó que Biden “instigó la guerra” y criticó a Zelensky por permitir que sucediera, incluso mientras Washington envía miles de millones en ayuda militar a Kyiv.
“Esa guerra es una perdedora”, dijo Trump, argumentando que si él hubiera sido presidente, el conflicto se habría evitado por completo. Afirmó: “Habría sido tan fácil resolverlo, si tuviéramos un presidente con medio cerebro.”
Notablemente ausente en los comentarios de Trump? Cualquier mención de Putin, una omisión flagrante dado las alegaciones de que el ex presidente tuvo conversaciones secretas con el líder ruso después de dejar el cargo. Trump ha negado estas afirmaciones, llamándolas “absolutamente incorrectas”, pero se negó a confirmar si había hablado con Putin después de la presidencia, dejando la puerta abierta a la especulación.
Los comentarios de Trump llegan en un momento crítico, ya que las elecciones en EE. UU. podrían moldear el futuro del apoyo de Washington a Ucrania, con el ex presidente señalando un cambio importante en la política. Mientras criticaba la guerra, Trump no ofreció un plan concreto para lograr la paz, pero insistió en que “nunca habría comenzado” bajo su liderazgo. A medida que las tensiones aumentan tanto en el extranjero como en casa, sus comentarios seguramente provocarán un intenso debate.