Las tensiones están en aumento en el Pacífico, y no es difícil imaginar lo que podría suceder si el poderoso águila y el dragón en ascenso se enfrentan. La Armada del Ejército Popular de Liberación de China (PLAN) ha estado mostrando su poder naval, con su nueva joya, el portaaviones Fujian de 80,000 toneladas, aún en pruebas de mar. Con China aumentando su poder naval a una velocidad vertiginosa, un enfrentamiento con la Armada de EE. UU. parece menos un argumento de película y más una realidad inminente.
Pero, ¿cómo se desarrollaría esto en una batalla entre portaaviones? Bueno, empecemos con lo básico. La Armada de EE. UU., los viejos profesionales de la guerra de portaaviones, cuenta con una flota que incluye los avanzados portaaviones de clase Ford. Estas bestias están equipadas con tecnología de punta, incluyendo catapultas electromagnéticas que lanzan jets a velocidades de las que el Fujian solo podría soñar — por ahora. Pero no descartes a China todavía. El Fujian, junto con su hermano mayor, el Liaoning (un barco soviético renovado), está equipado con sistemas de radar avanzados, cazas furtivos y una confianza renovada que tiene a los estrategas estadounidenses perdiendo el sueño.
En una batalla, EE. UU. tiene la experiencia y la fuerza logística. Sin embargo, los chinos han estado aprendiendo rápido y podrían aprovechar ventajas estratégicas en el Pacífico. La verdadera pregunta es si los rápidos avances de China y su superioridad numérica en aguas locales podrían superar el poderío de la flota estadounidense.
Una cosa es segura: si estas dos fuerzas chocan en la vasta extensión del Pacífico, no será solo una batalla de barcos, sino de destreza tecnológica, estrategia militar y supremacía global. El dragón en ascenso viene por la corona del águila — pero, ¿está listo para arrebatársela?