Adam Schiff, el nominado demócrata al Senado de EE. UU. por California, está bajo fuego por afirmar que ambas de sus casas en California y Maryland son su «residencia principal» en las solicitudes de hipoteca y elecciones durante las últimas dos décadas. Según expertos, esto podría constituir un fraude, ya que a los estadounidenses solo se les permite una residencia principal para fines legales y financieros. Las declaraciones contradictorias de Schiff, que le proporcionaron beneficios financieros y le permitieron postularse para un cargo en California, ahora han llevado a una queja ética y podrían ser objeto de enjuiciamiento.
La investigadora inmobiliaria Christine Bish fue la primera en descubrir las discrepancias, señalando que Schiff reclamó su casa en Maryland como su residencia principal en las refinanciaciones de hipoteca mientras simultáneamente declaraba sus propiedades en California como su «residencia principal» en los formularios de registro de votantes. El problema permaneció sin resolver hasta 2020, cuando Schiff enmendó el estatus de su casa en Maryland a una residencia secundaria.
Expertos en aplicación de la ley sugieren que estas inconsistencias documentadas podrían llevar a cargos graves. El veterano del FBI Jeff Danik calificó la situación de «seria» y señaló que podría desencadenar una investigación más amplia, dada la sólida capacidad del Departamento de Justicia para hacer cumplir las leyes contra el fraude. Si bien Schiff no ha comentado sobre el asunto, los críticos han señalado su patrón de declaraciones engañosas sobre otros temas políticos, como el desacreditado caso de colusión entre Trump y Rusia, como más motivos de preocupación.
La queja ética alega que las afirmaciones contradictorias de Schiff en los formularios de hipoteca y registro de votantes se remontan a principios de la década de 2000. Si se demuestra, Schiff podría enfrentar no solo repercusiones políticas sino también penas criminales, incluidas posibles acusaciones de fraude hipotecario y fiscal.