El uso de un dispositivo misterioso por parte de Red Bull Racing en sus coches campeones conducidos por Max Verstappen y Sergio Pérez ha generado intensas discusiones en el Gran Premio de Estados Unidos 2024 en Austin. Tras confirmar la presencia del dispositivo, el equipo enfrentó una creciente presión por parte de sus rivales y los medios, especialmente de McLaren, que expresaron preocupaciones sobre posibles violaciones de las regulaciones de la Fórmula 1.
El núcleo de la controversia gira en torno a si Red Bull pudo haber ajustado ilegalmente la configuración de su coche durante las condiciones de ‘parc fermé’, un período después del inicio de la clasificación donde se prohíbe a los equipos hacer cambios significativos en sus coches. Aunque Red Bull niega cualquier irregularidad, la situación llevó a la FIA a intervenir.
Nikolas Tombazis, el jefe de monoplazas de la FIA, abordó el asunto, afirmando que, aunque el organismo regulador había discutido el tema con Red Bull y acordado modificaciones, no investigarían posibles violaciones de reglas de los últimos dos años.
“No puedo decir con absoluta certeza si ha habido algo irregular”, admitió Tombazis, añadiendo, “¿Pero puedo decir que el asunto está cerrado? Sí, absolutamente. La cantidad de discusión que esto ha generado es unas 100 veces más de lo que merece.”
La preocupación expresada por los rivales, especialmente McLaren, es que Red Bull puede haber encontrado una manera de alterar la altura de su coche o su configuración sin ser detectados durante el parc fermé, una acusación que Tombazis desestimó sin pruebas contundentes. La FIA ha decidido colocar sellos en el dispositivo en cuestión, impidiendo futuros ajustes y cerrando efectivamente el debate.
“No sellamos los coches completamente y no dejamos que nadie se acerque a ellos,” explicó Tombazis. “Por eso creemos que este sistema podría permitir un cambio rápido y no detectable. Para detener cualquier discusión adicional, hemos puesto un sello en ello.”
A pesar de la conclusión de la FIA, la controversia ha avivado las llamas de la rivalidad en el paddock. McLaren ha permanecido vocal, sugiriendo que quedan preguntas sin respuesta. Sin embargo, Tombazis desestimó cualquier noción de una conspiración a largo plazo, explicando que tales acusaciones a menudo surgen de movimientos de personal entre equipos y chismes internos, especialmente en temporadas altamente competitivas.
“He trabajado dentro de los equipos, y siempre hay una tendencia a decir: ‘de donde vengo, hacíamos X-Y-Z.’ Estos comentarios deben interpretarse con mucho cuidado,” advirtió Tombazis, deteniéndose antes de acusar a alguien de hacer trampa deliberadamente pero también reconociendo que los equipos rivales pueden suscitar tales sospechas.
A medida que se asienta el polvo, la decisión de la FIA de sellar el dispositivo de Red Bull ha calmado momentáneamente la controversia, aunque la tensión entre los equipos rivales sigue siendo alta. Con McLaren y otros equipos aún insatisfechos, puede que no sea la última vez que escuchemos sobre este asunto a medida que la temporada de F1 se dirige hacia sus últimas carreras.