Los diplomáticos occidentales están enloqueciendo porque Israel, recién salido de éxitos militares en Gaza y Líbano, está eligiendo mantener la guerra en lugar de capitalizar esas victorias para un alto el fuego. Se dice en las calles que Netanyahu tiene la vista puesta en las elecciones de EE.UU., y no está dispuesto a darle a Kamala Harris una victoria al aceptar un alto el fuego que podría beneficiarla. Marwan al-Muasher, exministro de Relaciones Exteriores de Jordania, lo expresó de manera contundente: «Netanyahu no se detendrá hasta después de las elecciones—no le dará a Harris ese regalo.»
Con recientes eliminaciones como Yahya Sinwar y Hassan Nasrallah en su haber, los diplomáticos de todo el mundo están instando a Israel a convertir ese impulso en conversaciones de paz. Pero los funcionarios israelíes dicen: “la diplomacia no es suficiente en este momento,” y quieren seguir presionando militarmente. Trump, como era de esperar, ha intervenido, elogiando a Netanyahu por hacer “lo que es necesario,” mientras critica a Biden por intentar frenar las cosas.
Mientras tanto, las fuerzas de UNIFIL en Líbano no están contentas. Un alto diplomático occidental expresó su preocupación por que Israel actúe solo, diciendo: «Esta guerra se suponía que iba a durar días—han sido semanas, y tememos que continúe durante meses.» Agregó que la negativa de Israel a comunicarse está empeorando las cosas, con UNIFIL negándose a moverse de sus posiciones. El temor es que la creciente implicación de Israel podría convertirse en una ocupación total del sur de Líbano, lo que le daría a Hezbollah exactamente la excusa que necesita para seguir luchando.
Los diplomáticos están diciendo: “Mira, has sacudido a Hezbollah, ahora es el momento de hacer un trato.» Pero parece que Netanyahu está más interesado en jugar a largo plazo, y el mundo puede tener que prepararse para un conflicto prolongado—al menos hasta que se resuelva el drama electoral en EE.UU.