En una carrera donde Ferrari celebró un raro 1-2, el foco en Austin estaba firmemente centrado en la intensa batalla entre Max Verstappen y Lando Norris, dos rivales por el título que chocaron múltiples veces durante el Gran Premio de Estados Unidos 2024. ¿El momento decisivo? El agresivo adelantamiento de Norris a Verstappen en las últimas etapas de la carrera, que hizo que ambos pilotos salieran de la pista, lo que llevó a los comisarios a imponer a Norris una penalización de cinco segundos y despojarlo del tercer lugar.
El incidente ha generado un amplio debate. ¿Fue justa la penalización, o McLaren cometió un costoso error al no decirle a Norris que devolviera la posición? Verstappen, a menudo combativo sin disculpas, jugó sus cartas a la perfección dentro de las reglas actuales de la carrera. Pero para muchos, el episodio subraya un problema más profundo en la Fórmula 1 moderna: la creciente complejidad y rigidez de las directrices de competición.
¿Un sistema roto o un juego justo?
Desde el principio, es fácil ver por qué muchos sienten que Norris fue tratado injustamente. Ambos pilotos se salieron en la Curva 12, pero solo Norris fue penalizado. Su frustración, y la de McLaren, es comprensible: ¿por qué penalizar a un piloto cuando ambos se salieron de la pista? Esto plantea una pregunta significativa sobre el reglamento de la F1, que muchos creen que está sobreingenierizado y es contradictorio.
Para Norris, la penalización no fue solo una pérdida de tiempo; fue un fallo estratégico que le costó un podio crucial en la lucha por el título. McLaren podría argumentar que Verstappen, a través de su estilo defensivo agresivo, forzó a Norris a salirse de la pista. Pero bajo las directrices actuales de la F1, el piloto que realiza el adelantamiento debe asegurarse de estar lo suficientemente al lado de su rival, algo que los comisarios sintieron que Norris no logró hacer.
Un observador describió las reglas actuales como «un desastre», argumentando que han convertido el «arte de las carreras» en una serie de decisiones legalistas en lugar de batallas en la pista. En este caso, Verstappen supo jugar el juego, utilizando la posición de su coche para forzar a Norris a realizar un movimiento de todo o nada. El coche defensor a menudo está protegido por las reglas actuales, dejando al piloto que intenta adelantar en una posición precaria si intenta un movimiento audaz. Las acciones de Verstappen, aunque criticadas, estaban dentro de los límites de lo que permiten las directrices de la F1.
¿Debería McLaren haberlo llamado?
El hindsight siempre es 20/20, pero en este caso, McLaren podría lamentar no haberle dicho a Norris que devolviera la posición a Verstappen de inmediato. Dado cómo los comisarios manejaron incidentes similares más temprano en la carrera, la penalización de cinco segundos parecía inevitable. Algunos argumentan que McLaren asumió un riesgo innecesario, especialmente cuando Norris tenía el ritmo para intentar otro movimiento sobre Verstappen más tarde.
La decisión de McLaren en un instante podría haberles costado caro. La falta de estrategia podría ser la diferencia entre llevar la lucha a Red Bull en las últimas carreras o ver a Verstappen navegar hacia otro título. Es otro ejemplo de cómo la habilidad de carrera de Red Bull—afinada a través de años de dominio en el deporte—continúa dándoles una ventaja en situaciones de alta presión.
Reglas de carrera enredadas
El reglamento de la F1 se ha vuelto tan complicado que es difícil para los pilotos, equipos y aficionados entender qué está permitido y qué no. En algunos casos, los pilotos que adelantan por el interior son penalizados por forzar a su rival fuera de la pista, mientras que en otros escenarios—como el de Norris—el piloto que adelanta por el exterior es castigado.
La inconsistencia es frustrante. Pilotos como Norris, que están dispuestos a tomar riesgos, se ven penalizados por maniobras que alguna vez fueron vistas como parte del ADN del deporte. Mientras tanto, defensores como Verstappen saben que pueden llevar los límites sin incurrir en penalizaciones siempre que se adhieran a la letra de la ley.
La victoria de Verstappen en el juego mental
Mientras Norris luchaba en la pista, Verstappen estaba jugando un juego más profundo. Sabía que posicionar su coche de tal manera que dejara poco espacio para que Norris maniobrara obligaría al piloto de McLaren a cometer un error o recibir una penalización. Es una táctica que ha servido bien a Verstappen a lo largo de su carrera—agresión calculada dentro del marco de las pautas cada vez más estrictas de la F1.
Como dijo un comentarista, Verstappen “superó a Norris” con su habilidad en la carrera, obligando a McLaren a tomar una decisión en un instante que, en última instancia, les costó. Norris, a pesar de todo su talento y agresividad, fue una vez más superado por un piloto que ha dominado el arte de competir según el nuevo y a menudo frustrante reglamento de la F1.
La verdadera lección
El Gran Premio de EE. UU. será recordado no por el resurgimiento de Ferrari, sino por la batalla entre dos de las estrellas más brillantes de la F1—y la frustrante realidad de las reglas modernas de la F1. La penalización a Norris puede haber sido la decisión correcta bajo las pautas actuales, pero resalta cuánto ha cambiado el automovilismo. En lugar de que los pilotos lucharan por posiciones en la pista, demasiadas decisiones se toman en la sala de comisarios.
Si la Fórmula 1 quiere preservar la emoción de las carreras, puede que necesite revisar su creciente libro de reglas. En cuanto a Norris y Verstappen, su batalla está lejos de haber terminado, y una cosa es cierta: el resto de la temporada será aún más intenso después de este dramático enfrentamiento.