Durante décadas, las tropas terrestres de EE. UU. han venerado al icónico A-10 Warthog como un «tanque volador» que salva vidas. Pero, ¿tiene Rusia un equivalente? Entra el Su-25 “Frogfoot,” un jet de la era soviética con una misión similar: apoyo aéreo cercano. Ambos aviones han sido probados en combate y son conocidos por su capacidad de desatar potencia de fuego sobre las fuerzas enemigas, pero ¿cómo se comparan?
El Su-25, introducido por primera vez en 1975, es un avión más pequeño y ligero que el A-10, pero comparte muchas características similares, como un poderoso cañón automático de 30 mm y la capacidad de llevar cargas pesadas. A pesar de esto, la estructura de titanio del A-10, sus sistemas de redundancia incorporados y su resistencia sin igual le dan una ventaja de supervivencia que lo ha hecho querido por las fuerzas estadounidenses.
El Su-25 ha demostrado su valía en conflictos como Afganistán y Ucrania, pero los informes frecuentes sobre su destrucción sugieren que puede no ser tan resistente como el A-10. Mientras tanto, los debates en el Pentágono sobre si el A-10 puede mantener su relevancia en la era de los cazas de alta tecnología como el F-35 siguen intensificándose. Aún así, con décadas de éxito comprobado en combate, el A-10 Warthog no muestra signos de desvanecerse del campo de batalla en el corto plazo.