En un gran avance para la potencia militar de China, Beijing ha presentado un nuevo tipo de submarino equipado con sistemas de lanzamiento vertical (VLS) para misiles de crucero. Este desarrollo revolucionario coloca a China junto a Estados Unidos y Rusia en el club de élite de naciones capaces de lanzar potentes misiles de crucero de largo alcance desde debajo de la superficie del océano. La introducción de este submarino avanzado ha enviado ondas de choque a través de la comunidad militar global, marcando un impulso significativo a las capacidades navales de China y desplazando aún más el equilibrio de poder en el Pacífico.
Hasta ahora, solo Estados Unidos y Rusia han poseído la capacidad de lanzar verticalmente misiles de crucero desde submarinos. Esta capacidad permite a los submarinos atacar discretamente objetivos en el interior con misiles guiados de precisión, manteniéndose lejos de la detección. La entrada de China en este campo altamente exclusivo representa una escalada importante en la actual carrera armamentista global, especialmente en el contexto de la creciente asertividad militar de Beijing en el Mar del Sur de China y el Pacífico.
Según informes, este nuevo tipo de submarino está armado con el misil de crucero de largo alcance CJ-10, desarrollado en China, un arma comparable al Tomahawk de la Armada de los EE. UU. Con un alcance de hasta 1,500 kilómetros, el CJ-10 puede golpear objetivos militares críticos, incluidos bases y centros de comando, con devastadora precisión. Esta tecnología le da a China una capacidad de primer ataque sigilosa, permitiéndole proyectar poder a grandes distancias sin exponer sus buques de superficie a posibles contraataques.
Los analistas militares han denominado este desarrollo un «cambio de juego» para la marina de China. Richard Fisher, un investigador senior del Centro Internacional de Evaluación y Estrategia, advierte: «La capacidad de China para lanzar ataques de misiles de crucero de manera encubierta desde sus submarinos mejora enormemente su alcance estratégico. Estados Unidos y sus aliados en la región ahora deben recalibrar sus estrategias de defensa en respuesta a esta creciente amenaza.»
El sistema de lanzamiento vertical (VLS) a bordo de estos nuevos submarinos chinos les permite llevar un número significativo de misiles, añadiendo un considerable poder de fuego a la flota. Esto representa un notable cambio con respecto a los submarinos más antiguos de China, que se centraban principalmente en la guerra antisubmarina y anti-buque. Los nuevos submarinos equipados con VLS ahora pueden llevar a cabo misiones de ataque terrestre, ampliando drásticamente su alcance operativo y otorgando a Pekín una huella estratégica mucho más grande.
Los expertos dicen que esto marca un hito crítico en la modernización naval en curso de China. La Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) ha estado expandiéndose rápidamente, tanto en tamaño como en capacidad, con Pekín invirtiendo recursos en la construcción de una marina de aguas azules capaz de proyección de poder global. Este nuevo tipo de submarino, equipado con sistemas de misiles de última generación, señala que China ya no está satisfecha con la dominación regional: está apuntando a la influencia global.
Sin embargo, el momento de esta revelación ha generado preocupaciones, especialmente a la luz de las tensiones geopolíticas en curso en la región del Indo-Pacífico. Estados Unidos y sus aliados, incluidos Japón y Australia, han estado cada vez más alarmados por la postura agresiva de China en el Mar de China Meridional, donde Pekín continúa construyendo instalaciones militares en islas artificiales. La introducción de un submarino sigiloso con la capacidad de atacar lejos de las costas de China solo intensifica estas preocupaciones.
El Pentágono ya ha respondido con una retórica cautelosa. «Estamos monitoreando de cerca los desarrollos militares de China», dijo un alto funcionario de defensa de EE. UU. «Si bien seguimos comprometidos a mantener la paz y la estabilidad en el Indo-Pacífico, tomaremos todas las medidas necesarias para asegurar la defensa de nuestros intereses y los de nuestros aliados.»
China, por su parte, afirma que su acumulación naval es puramente defensiva. Funcionarios militares chinos han argumentado que su creciente flota de submarinos es necesaria para proteger sus intereses económicos y asegurar rutas de navegación vitales. Sin embargo, este último desarrollo ha dejado a muchos países de la región cuestionando las verdaderas intenciones de Pekín.
A medida que China continúa modernizando su flota naval a un ritmo sin precedentes, su último submarino de lanzamiento vertical significa un paso audaz hacia adelante en la competencia militar global. Mientras Pekín afirma que sus acciones están destinadas a mantener la seguridad, sus nuevas capacidades están remodelando el panorama estratégico — y no solo en el Pacífico. Con las superpotencias del mundo ahora preparándose para una nueva era de guerra submarina, las apuestas nunca han sido más altas.
Con la introducción de este peligroso nuevo sistema de armas, está claro que China se está posicionando como una formidable potencia militar global, lista para desafiar el orden existente — y el mundo está observando de cerca.