A medida que Washington se prepara para imponer restricciones comerciales aún más estrictas a China, las empresas estadounidenses con operaciones en la región se están preparando para una mayor turbulencia económica. Independientemente de las próximas elecciones presidenciales de noviembre, las empresas se están preparando para tiempos más difíciles, ya que el gobierno de EE. UU. busca expandir los límites en sectores críticos como la computación en la nube, la tecnología de uso militar y la biotecnología bajo la Ley de Bioseguridad.
Estas restricciones en aumento, parte de un esfuerzo más amplio para frenar el crecimiento militar y tecnológico de China, están dejando a las empresas estadounidenses luchando por adaptarse, con muchos temiendo impactos a largo plazo en su rentabilidad y competitividad global.