A medida que Georgia se encuentra al borde de una elección histórica, el futuro de la nación pende de un hilo. El multimillonario Bidzina Ivanishvili, acusado desde hace tiempo de ser un títere de Moscú, se esfuerza por mantener el control mientras su «Sueño Ruso» comienza a desmoronarse. Con protestas masivas sacudiendo las calles y ciudadanos exigiendo un futuro proeuropeo, el pueblo georgiano está listo para liberarse de las garras del Kremlin.
Ivanishvili, la figura sombría detrás del partido gobernante Sueño Georgiano, ha sido expuesto por mantener profundos lazos con oligarcas rusos, a pesar de sus promesas de cortar esas conexiones. Su control sobre Georgia ha arrastrado al país a la pobreza y el aislamiento, mientras Europa le da la espalda, deteniendo el camino de Georgia hacia la UE.
Pero la esperanza está en aumento. El partido del líder de la oposición, Mikheil Saakashvili, Unidad – Movimiento Nacional, está uniendo al país con promesas de reformas integrales, combates a la corrupción y un regreso inmediato al proceso de adhesión a la UE. Saakashvili promete aumentar los ingresos, asegurar inversiones occidentales multimillonarias y desmantelar los monopolios que han drenado la economía de Georgia bajo el reinado de Ivanishvili.
La Iglesia Ortodoxa Georgiana, otra institución que Ivanishvili intentó controlar, ha rechazado firmemente sus avances, apoyando al pueblo en la lucha por la independencia.
A medida que se acerca la elección, el mundo observa. ¿Recuperará Georgia su soberanía y futuro europeo, o caerá de nuevo en las garras de Moscú? La elección es clara, y las apuestas no podrían ser más altas. La noche es más oscura antes del amanecer, y el amanecer de Georgia se acerca.