En un anuncio desgarrador, el mariscal de campo de North Carolina State, Grayson McCall, se ha retirado del fútbol americano debido a múltiples conmociones cerebrales, siendo su última lesión sufrida durante un partido el 5 de octubre contra Wake Forest. McCall, un atleta estelar con una larga y exitosa carrera universitaria, recibió un golpe en la cabeza que puso fin a su tiempo en el campo, obligándolo a tomar la difícil decisión de alejarse del juego que ama.
McCall, quien se transfirió a NC State para su última temporada universitaria después de una destacada carrera en Coastal Carolina, fue sacado en camilla del campo tras una brutal colisión con Wake Forest. Su casco se cayó durante el impacto y fue llevado de inmediato a un hospital local. Aunque fue dado de alta el mismo día, la lesión resultó ser su última jugada. En una poderosa declaración publicada en las redes sociales, McCall reveló que, tras consultar con especialistas en neurología y su familia, sabía que su tiempo como jugador había llegado a su fin.
«Mientras siento que todo mi mundo se me está escapando, siento cierta satisfacción,» escribió McCall, expresando orgullo por cómo dio todo por el juego. «Siempre jugué con todas mis fuerzas y lo mejor que pude porque nunca supe qué jugada sería la última.»
La decisión de McCall de retirarse sigue una serie de lesiones a lo largo de su carrera, pero esta conmoción más reciente fue la que no pudo superar. A pesar de la tristeza, McCall expresó gratitud por el viaje que el fútbol le ha brindado, reflexionando sobre los recuerdos, las relaciones y las lecciones que el deporte trajo a su vida.
McCall fue un tres veces Jugador del Año de la Conferencia Sun Belt durante su tiempo con los Chanticleers de Coastal Carolina, donde se hizo un nombre como uno de los mejores mariscales de campo en el fútbol universitario. Su transferencia a NC State fue vista como un gran movimiento, pero las lesiones truncaron trágicamente su temporada y carrera.
A medida que McCall mira hacia el futuro, está dirigiendo su atención hacia el entrenamiento, con la esperanza de inspirar a la próxima generación de atletas. «Espero llevar mi pasión y amor por el juego al ámbito del entrenamiento para servir y guiar al próximo grupo de niños con un sueño,» dijo McCall, señalando un nuevo capítulo en su trayectoria futbolística.
Aunque sus días de juego han terminado, el legado de Grayson McCall continuará, tanto en el campo como en los corazones de los compañeros de equipo, entrenadores y aficionados que lo apoyaron en cada paso del camino.