En un desarrollo sorprendente que subraya el cambio en el equilibrio del poder militar global, la inteligencia de EE. UU. ha revelado que China está mejorando agresivamente sus capacidades nucleares a través del establecimiento de nuevas unidades estratégicas. Este ambicioso esfuerzo de modernización es el más extenso en la historia de la nación, impulsado por una necesidad apremiante de competir con los Estados Unidos en el escenario mundial.
Según un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE. UU., China no solo está expandiendo su arsenal nuclear existente, sino que también está desarrollando una formidable gama de nuevas capacidades nucleares. Estas incluyen la mayor colección de lanzadores de silo, lanzadores móviles terrestres y plataformas aéreas y submarinas diseñadas para el despliegue nuclear. Las estimaciones de inteligencia predicen que para 2030, China podría acumular más de 1,000 ojivas nucleares, con una parte significativa compuesta por misiles balísticos intercontinentales (ICBM) dirigidos directamente a los EE. UU. continentales.
Los detalles de esta acumulación militar estratégica son alarmantes. China ya ha desplegado aproximadamente 300 lanzadores de silo para sus ICBM DF-31 y DF-41 y está formando brigadas adicionales equipadas con lanzadores de ICBM DF-26 tanto nucleares como no nucleares. También se están creando nuevas brigadas de ICBM móviles, lo que podría aumentar el número de lanzadores a entre 6 y 12 por brigada. Desde 2021, el país ha estado desarrollando una red integral de lanzadores de minas para misiles balísticos intercontinentales en la provincia de Gansu, identificada como un sistema a gran escala compuesto por 120 lanzadores.
Complicando aún más el panorama de seguridad global, informes de inteligencia sugieren que China podría estar persiguiendo ojivas nucleares de menor rendimiento. Este cambio tiene como objetivo proporcionar opciones de respuesta más proporcionales que su actual arsenal de alto rendimiento no puede acomodar. Tales desarrollos destacan una evolución estratégica en el pensamiento militar de China, como lo evidencian los escritos militares, publicaciones de estrategas chinos y directrices de la liderazgo de la nación.
Las implicaciones de estos avances no pueden ser subestimadas. A medida que China continúa fortaleciendo sus capacidades nucleares, el potencial de tensiones crecientes con los Estados Unidos y sus aliados aumenta. La modernización de las fuerzas nucleares de China señala un cambio significativo en el panorama estratégico, lo que provoca discusiones urgentes entre líderes militares y políticos sobre cómo responder a esta amenaza en evolución.
A medida que el mundo observa de cerca, la pregunta sigue siendo: ¿cómo transformará esta ambiciosa expansión nuclear el panorama geopolítico e influirá en las estrategias de las naciones que lidian con el espectro de la proliferación nuclear? Los próximos años podrían revelar el impacto total de las ambiciones militares de China y sus implicaciones para la seguridad global.
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