Un informe innovador de las Naciones Unidas ha enviado ondas de choque a través del mundo del deporte, revelando que más de 600 atletas femeninas han perdido colectivamente casi 900 medallas frente a competidores biológicamente masculinos en más de 400 eventos. El informe de 24 páginas, titulado “Violencia contra mujeres y niñas en el deporte,” fue elaborado por la Relatora Especial de la ONU, Reem Alsalem, y argumenta que la inclusión de atletas de cuerpo masculino en las categorías de deportes femeninos compromete tanto la equidad como la seguridad de las atletas femeninas.
El informe de Alsalem señala que los hombres biológicos mantienen ventajas físicas que no pueden ser neutralizadas solo mediante la supresión de testosterona. “Incluso con la reducción de testosterona, los atletas masculinos conservan atributos como la fuerza y la densidad muscular, lo que sigue inclinando la competencia a su favor,” afirma el informe, argumentando que los estándares actuales son “arbitrarios” y no están basados en la ciencia.
Para combatir esta disparidad, Alsalem sugiere “exámenes de sexo no invasivos y confidenciales” obligatorios para los atletas que compiten en categorías femeninas, citando casos como el de las boxeadoras en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde la “seria controversia” sobre el sexo de las atletas fue ignorada por los funcionarios.
El informe también destaca la reacción negativa que enfrentan las atletas femeninas que abogan por el juego limpio, señalando que a menudo son etiquetadas como fanáticas y enfrentan suspensiones de equipos, difamación o acciones disciplinarias sesgadas. “Estas respuestas han violado los derechos fundamentales de las atletas femeninas a la libertad de creencias y de expresión,” concluyó Alsalem.
Este informe de la ONU llama la atención sobre un debate creciente, ya que las atletas femeninas y sus partidarios se resisten, abogando por la equidad competitiva y la seguridad en los deportes femeninos a nivel mundial.