Max Verstappen ha desestimado las críticas en torno a sus tácticas agresivas en el Gran Premio de Estados Unidos, defendiendo su enfoque de carrera y cuestionando el creciente escrutinio de sus movimientos. Verstappen, quien enfrentó reacciones negativas tras múltiples choques con Lando Norris de McLaren, escapó de una penalización durante la carrera, dejando a Norris penalizado con cinco segundos por un adelantamiento fuera de pista en la Curva 12.
El enfoque de Verstappen, particularmente su empujón en la primera vuelta en la Curva 1 y sus movimientos defensivos en la parte final de la carrera, llevó a algunos en el paddock a pedir regulaciones más estrictas. Norris expresó su frustración, sugiriendo que las intenciones de Verstappen eran “claras” y que el piloto de Red Bull no le dejó otra opción que salirse de los límites de la pista. Sin embargo, Verstappen insiste en que su intención era simplemente mantener la curva. “Es bastante impresionante que la gente piense que puede leer mi mente,” comentó. “Siempre traté de tomar la curva. No quería buscar un atajo.”
El campeón reinante declaró que él y Norris tienen un acuerdo tácito para competir intensamente entre ellos, y no ve necesidad de discutir más con el piloto de McLaren. “Siempre dijimos que queríamos competir duro. Eso es lo que nos gusta hacer,” comentó Verstappen, subrayando su compromiso con la competencia feroz.
Los incidentes han provocado llamados a revisar las directrices de carrera para abordar lo que algunos ven como inconsistencias en la arbitraje. Sin embargo, Verstappen advirtió que un aumento en la regulación podría sofocar el deporte. “Estamos casi en el punto en que necesito el libro de reglas en el coche,” dijo. “A lo largo de los años, el libro ha crecido mucho. Definitivamente está sobre-regulado, pero si eliminamos reglas, la gente pedirá medidas más estrictas después del próximo incidente. Siempre es la misma historia.”
A medida que el campeonato se dirige a la Ciudad de México, la postura de Verstappen destaca la tensión entre mantener emocionantes batallas en pista y hacer cumplir las regulaciones. Con los aficionados y los pilotos divididos, la pregunta sigue siendo: ¿dónde traza la F1 la línea entre la competencia dura y el juego desleal?