En una revelación sorprendente, se alega que el CEO de SpaceX, Elon Musk, ha mantenido discusiones secretas con Vladimir Putin, quien supuestamente solicitó un favor para el presidente chino Xi Jinping: deshabilitar la cobertura de internet de Starlink sobre Taiwán. Esta supuesta alianza entre el magnate tecnológico y dos de los líderes autoritarios más poderosos del mundo ha suscitado preocupaciones entre los funcionarios occidentales sobre la creciente influencia de Musk—y su posible influencia sobre los intereses de seguridad nacional de EE. UU.
Según un informe del Wall Street Journal, las conversaciones a puerta cerrada de Musk con Putin abarcaron una serie de temas sensibles, desde negocios hasta política global. Putin supuestamente presionó a Musk para que mantuviera a Starlink fuera de línea sobre Taiwán, en línea con las ambiciones geopolíticas de Pekín. Actualmente, el gobierno de Taiwán ha restringido el acceso a Starlink, citando estrictos controles sobre las telecomunicaciones extranjeras, pero estos nuevos detalles sugieren que la cooperación de Musk con Putin podría ser más profunda de lo que se conocía anteriormente.
Starlink, la red de internet satelital impulsada por SpaceX de Musk, cuenta con una flota de más de 7,000 satélites que proporcionan cobertura casi global, crucial en áreas con acceso restringido a internet. El servicio ya ha sido un factor decisivo en el frente ucraniano, proporcionando comunicaciones vitales para las fuerzas de Kyiv contra las tropas rusas. Sin embargo, en un movimiento controvertido, Musk supuestamente deshabilitó Starlink durante operaciones clave en Ucrania el año pasado, una decisión que frustró a los funcionarios ucranianos que dependían de la tecnología para maniobras críticas en el campo de batalla contra Rusia. Esta nueva revelación sugiere que la retención estratégica de Starlink por parte de Musk puede no estar limitada a Ucrania.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, confirmó una única llamada entre Putin y Musk, pero minimizó su importancia, diciendo que estaba “limitada a temas espaciales.” Sin embargo, fuentes internas informan que los dos han mantenido un contacto regular, discutiendo la creciente influencia global de Musk. Mientras tanto, Putin ha elogiado abiertamente la independencia de Musk, declarando: “Él hará lo que considere adecuado.” Para muchos, la declaración subraya la comodidad del Kremlin con el control de Musk sobre una tecnología tan influyente como Starlink.
Los movimientos recientes de Musk han llamado la atención de expertos en seguridad nacional de EE. UU., dado sus extensos contratos con el gobierno de EE. UU. y el Departamento de Defensa. Sus iniciativas de comunicación no solo influyen en zonas de conflicto, sino que también podrían remodelar las dinámicas de poder internacionales, ya que el control sobre las comunicaciones globales define cada vez más la guerra moderna y la diplomacia.
Con informes de contacto regular con Putin y la influencia de Xi en el horizonte, las preguntas sobre las motivaciones y lealtades de Musk están aumentando. Como una de las pocas personas con influencia que abarca defensa, tecnología y geopolítica, las decisiones de Musk podrían remodelar el panorama global—ya sea en el mejor interés de la democracia o no. ¿Servirán las acciones de Musk como un activo estratégico o como una responsabilidad arriesgada para Occidente en un momento de tensión global?