En un giro dramático en las reuniones del Grupo de Acción Financiera (FATF) en París, el decidido intento de Ucrania de incluir a Rusia en la lista negra por presunta mala conducta financiera ha sido bloqueado, con actores importantes como China, India, Arabia Saudita y Brasil uniéndose en contra. Esta es la segunda vez que la apelación de Ucrania ha sido frustrada por naciones reacias a intensificar el aislamiento financiero de Rusia, incluso cuando las naciones occidentales presionan por sanciones más fuertes desde la invasión de Ucrania en 2022.
Ucrania argumentó que las actividades de Rusia, incluidas las supuestas conexiones con naciones en la lista negra del FATF como Irán y Corea del Norte, ponen en peligro la estabilidad del sistema financiero internacional. Kyiv buscó que Rusia fuera oficialmente designada en la «lista negra» del FATF, un movimiento que restringiría severamente las interacciones financieras de Rusia a nivel global, agravando las sanciones existentes. Sin embargo, fuentes cercanas a las negociaciones revelaron que la oposición de las potencias económicas emergentes fue un obstáculo firme, reflejando la división geopolítica en cómo las naciones están eligiendo manejar el controvertido papel global de Rusia.
China, India y Sudáfrica—miembros de la alianza BRICS—se unieron a Arabia Saudita y Brasil para rechazar la propuesta de Ucrania. Para estos países, la noción de incluir a Rusia en la lista negra generó preocupaciones sobre los efectos económicos colaterales, con India y China manteniendo ambos vínculos comerciales significativos con Rusia. Al rechazar la moción de Ucrania, estos países subrayan un sentimiento de no alineación con la estrategia económica punitiva de Occidente hacia Moscú.
El GAFI, un organismo internacional de supervisión que incluye a EE. UU., Reino Unido y otras economías líderes, declinó proporcionar un comentario oficial pero está preparado para publicar una lista actualizada tras su sesión plenaria. Sin embargo, los funcionarios ucranianos han prometido seguir presionando por acciones, afirmando que las actividades financieras sin control de Rusia crean vulnerabilidades en el sistema financiero global, especialmente con la capacidad de Rusia para eludir las sanciones existentes al interactuar con naciones como Irán y Corea del Norte.
Este enfrentamiento diplomático en el GAFI destaca una creciente división entre la coalición liderada por EE. UU. y un bloque emergente de naciones no occidentales. Para Rusia, la decisión es un alivio ante la creciente aislamiento en la esfera financiera internacional. El apoyo continuo de poderosos aliados permite a Moscú mantener líneas de financiamiento críticas, como se ha visto a través de su cooperación continua con naciones como China e India.
A medida que aumentan las tensiones globales, la renuencia del GAFI a incluir a Rusia en la lista negra demuestra las complejas dinámicas en la política internacional, donde la política financiera, los intereses nacionales y las estructuras de poder globales chocan. Para Ucrania, el intento fallido es un revés, pero los funcionarios sugieren que están lejos de haber terminado en su esfuerzo por obtener apoyo para responsabilizar a Rusia en el escenario mundial.