Los aviones de hoy en día se están volviendo cada vez más autónomos, con la capacidad de manejar la mayor parte del vuelo desde el despegue hasta el aterrizaje. Sin embargo, la mayoría de estos aviones todavía dependen de pilotos humanos para navegar y evitar obstáculos. Pero hay dos helicópteros que están cambiando las reglas del juego.
El primero es el Sikorsky Autonomy Research Aircraft (SARA), un rotorcraft de tamaño mediano S-76B modificado. Ha sido equipado con un sistema autónomo llamado Matrix, que le permite operar por su cuenta o con un piloto. Matrix es una combinación de hardware y software que simplifica la operación de la aeronave.
El segundo helicóptero es el Optionally Piloted Vehicle, desarrollado por DARPA. Es un helicóptero militar Black Hawk que también utiliza el sistema Matrix. En 2022, realizó su primer vuelo sin un piloto a bordo, demostrando sus capacidades autónomas.
Recientemente, estos dos helicópteros se reunieron en Long Island Sound para un experimento innovador. Intentaron volar el uno hacia el otro utilizando un software de evitación de colisiones desarrollado por NASA. Este software, junto con otros cuatro conjuntos, fue integrado en los sistemas de los helicópteros para probar su capacidad de detectar y evitar amenazas.
El experimento consistió en introducir 150 aeronaves virtuales y sus planes de vuelo en los cerebros de los helicópteros a través de codificación. El software funcionó a la perfección, haciendo ajustes en tiempo real a la altitud, velocidad y dirección para evitar colisiones entre ellos y las aeronaves virtuales.
Durante el experimento, los equipos de Sikorsky, NASA y DARPA realizaron 12 vuelos con los dos helicópteros, llevando a cabo 70 maniobras y acumulando un total de 60 horas de vuelo. Cabe destacar que los pilotos humanos estaban presentes a bordo para supervisar los vuelos y evaluar la interacción entre humanos y sistemas autónomos.
Estas pruebas no solo fueron beneficiosas para el ámbito militar, sino también para el mundo civil. El software de evitación de colisiones desarrollado por la NASA es un paso crucial para habilitar el éxito de los taxis aéreos. Los hallazgos de estas pruebas, junto con los futuros, se compartirán con la Administración Federal de Aviación (FAA) para facilitar la integración de los sistemas de Movilidad Aérea Avanzada en el espacio aéreo nacional.