La política de izquierda de la NHL continúa dominando mientras la liga enfrenta críticas una vez más. Durante la exhibición anual de estrellas en Toronto, la liga invitó a Kiana Lede, una conocida activista anti-Israel, a cantar el himno nacional de los Estados Unidos. Lede aprovechó esta plataforma para mostrar su apoyo a Palestina al usar un «keffiyeh», un símbolo asociado con el movimiento pro-Palestina.
La actividad en redes sociales de Lede no deja dudas sobre su postura en el conflicto israelí-palestino. Sus frecuentes tuits en apoyo a Palestina y referencias despectivas a los simpatizantes israelíes como «sionistas» indican que la NHL debería haber estado al tanto de sus opiniones. Esto deja dos posibilidades: o la NHL la eligió a sabiendas a pesar de sus sentimientos anti-Israel, o la liga estaba completamente inconsciente, lo que reflejaría un nivel asombroso de incompetencia.
Ninguna de las opciones pinta un cuadro positivo para la NHL, pero la última sugiere una incompetencia salvaje que es, de alguna manera, más favorable en esta situación. La NHL no ha emitido ningún comentario sobre la vestimenta o la afiliación política de Lede, dejando al público especular. Vale la pena señalar que el Comisionado de la NHL, Gary Bettman, es judío, lo que plantea preguntas sobre sus pensamientos respecto a alguien que le dice a los simpatizantes israelíes que «se queden en casa».
Más allá de sus opiniones políticas, la presencia de Lede en redes sociales no irradia clase ni sofisticación. Sin embargo, se aseguró de incluir sus pronombres (ella/su) en su biografía, un detalle que la NHL parece apreciar.
En conclusión, la elección de Kiana Lede por parte de la NHL para cantar el himno nacional de los Estados Unidos en uno de sus eventos más significativos levanta cejas. Su vestimenta pro-Palestina y declaraciones públicas dejan claro dónde está su lealtad, y es sorprendente que la NHL haya respaldado sus opiniones a sabiendas o que haya fallado en realizar una investigación adecuada.