Un devastador ataque con camión ha sacudido Glilot, justo al norte de Tel Aviv, donde un vehículo embistió un concurrido paradero de autobús cerca del complejo Cinema City—una zona bulliciosa que incluye unidades de inteligencia del Mossad y las FDI. El incidente, que ocurrió alrededor de las 10 a.m., dejó aproximadamente 35 personas heridas, incluyendo seis en estado crítico, muchos de ellos ancianos civiles que acababan de desembarcar de un autobús.
En medio del caos, testigos describieron escenas de horror mientras los transeúntes se apresuraban a sacar a las personas de entre los escombros. Imágenes y videos en línea muestran a las víctimas atrapadas bajo la parte delantera aplastada del camión blanco, mientras los primeros respondedores trabajaban frenéticamente para estabilizar a los heridos. Los civiles, según informes, actuaron rápidamente, disparando y neutralizando al conductor del camión, quien fue encontrado muerto en la escena. Los motivos del conductor siguen bajo investigación, pero las autoridades sospechan que se trató de un ataque terrorista dirigido—un sombrío recordatorio de las crecientes tensiones en la región.
Inmediatamente después, la policía israelí y paramédicos de Magen David Adom acordonaron el área, brindando atención médica de emergencia mientras helicópteros sobrevolaban para monitorear y asistir. Las imágenes de la televisión local capturaron escenas de ambulancias llevando a las víctimas a los hospitales, mientras los respondedores de emergencia gritaban instrucciones y atendían a los heridos. Los lesionados, muchos ancianos, se encontraban supuestamente en una excursión grupal a un museo cercano, atrapados trágicamente en la línea de fuego.
Con las recientes advertencias sobre un aumento de ataques, la seguridad ha sido alta en Israel. Funcionarios de inteligencia están investigando posibles conexiones con las recientes amenazas de Hezbollah, ya que el incidente ocurrió cerca de la Unidad de Inteligencia 8200 de Israel, un objetivo frecuente para las fuerzas alineadas con Irán. La elección de la ubicación, cerca de importantes instalaciones de seguridad israelíes, solo ha incrementado las preocupaciones sobre el potencial de ataques terroristas coordinados en áreas civiles de alta densidad.
El ataque deja a una Tel Aviv conmocionada, luchando por comprender el impacto. Las autoridades permanecen en alerta máxima, instando a los civiles a mantenerse vigilantes mientras los investigadores trabajan para entender los orígenes y motivos del asalto. Con docenas de vidas alteradas para siempre por la violencia de la mañana, los funcionarios israelíes están redoblando esfuerzos para salvaguardar los espacios públicos, subrayando una realidad preocupante: la amenaza del terrorismo en el corazón de Israel sigue siendo una posibilidad demasiado real.