El Secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, está sonando la alarma sobre la creciente crisis en el Medio Oriente, pidiendo un impulso diplomático inmediato para detener la violencia en aumento en Gaza y Líbano. “Tenemos un sentido de urgencia real para llegar a una resolución diplomática”, declaró Blinken antes de una reunión de alto nivel con líderes árabes en Londres. Sus comentarios se producen en medio de ataques israelíes implacables y un desplazamiento generalizado que ha convertido la región en una crisis humanitaria, con miles de muertos y millones de desplazados.
El creciente costo del conflicto ha devastado Líbano, donde Hezbollah, un grupo militante respaldado por Irán, ha participado en escaramuzas casi diarias con las fuerzas israelíes en apoyo de Hamas, otra facción apoyada por Teherán. Funcionarios libaneses informan sobre más de 2,500 muertes y más de 1.2 millones de personas desarraigadas de sus hogares. Blinken enfatizó que la plena implementación de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que fue diseñada para estabilizar la frontera entre Israel y Líbano después de 2006, es crítica para restaurar la seguridad en la región asediada.
Israel, apuntando a los bastiones militares y financieros de Hezbollah, ha ampliado sus ataques para incluir infraestructura civil con vínculos sospechosos a Hezbollah. La operación que lleva semanas ha golpeado bancos y rutas de suministro, intensificando los objetivos israelíes de desmantelar tanto las capacidades operativas de Hezbollah como de Hamas. En medio de la ofensiva, Rula Amin de la Agencia de la ONU para los Refugiados advirtió que los ataques están bloqueando los caminos hacia la seguridad, poniendo en peligro a los civiles que intentan huir a través de la frontera, con alrededor de 430,000 ya cruzando a Siria desde que estalló el conflicto.
En declaraciones recientes, Blinken instó a reanudar las negociaciones, subrayando que los esfuerzos de Israel para desmantelar el control de Hamas se habían logrado. Sin embargo, el continuo bombardeo a lo largo de la frontera con Líbano ha generado preocupaciones de que la violencia podría escalar aún más, con la estabilidad regional pendiendo de un hilo.