Los Pittsburgh Steelers no son solo una de las franquicias más históricas de la NFL; también están liderando el impulso de la liga para expandirse globalmente. El Comisionado de la NFL, Roger Goodell, anunció recientemente que Pittsburgh será la sede del Draft de la NFL 2026, una decisión que destaca tanto la popularidad del equipo en todo el mundo como el compromiso de la liga de ampliar su alcance. Con millones de aficionados sintonizando desde países como Alemania, México e Irlanda, los Steelers han ganado un seguimiento leal que abarca continentes—y el próximo draft está destinado a mostrar esa influencia internacional.
La reciente visita de Goodell al Acrisure Stadium mostró su confianza en el atractivo global de los Steelers. Al reflexionar sobre la importancia del equipo, elogió a los “Black and Gold” como “una de nuestras franquicias más capitales a nivel global”, y con buena razón. Con una expectativa de 50 millones de espectadores sintonizando y un impacto económico proyectado de más de $200 millones, el draft no solo atraerá la atención global hacia Pittsburgh, sino que también proporcionará un importante impulso económico tanto a la ciudad como al equipo.
Para la familia Rooney, que ha sido propietaria de los Steelers desde su establecimiento en 1933, este es otro capítulo orgulloso en un legado lleno de logros. Con 34 apariciones en playoffs y seis títulos de Super Bowl, los Steelers son íconos del fútbol americano. Sus profundas conexiones culturales con Pittsburgh y el apoyo inquebrantable de los aficionados en todo el mundo los han convertido en una de las franquicias más queridas en el deporte.
A medida que la NFL continúa expandiendo su presencia global, Pittsburgh se está posicionando como un embajador principal, encarnando la visión de la liga para la popularidad mundial. El Draft de la NFL 2026 promete ser un evento histórico, no solo para los aficionados de los Steelers, sino para la ciudad de Pittsburgh, que estará en el centro de atención ante los ojos de millones. La decisión de Goodell de llevar el draft a Pittsburgh es un reconocimiento al legado de los Steelers y a su poderosa base de aficionados global—y es una victoria para la creciente huella global de la NFL.