“Los coches caían como juguetes, las calles se convirtieron en ríos y pueblos enteros quedaron en silencio”, lloró un sobreviviente mientras España lidia con uno de sus desastres de inundación más mortales en la historia reciente. Lluvias torrenciales, tan intensas que en algunas áreas desataron la cantidad de precipitación de un año en solo ocho horas, han devastado las regiones este y sur de España, especialmente Valencia, dejando al menos 51 muertos. La destrucción es asombrosa, ya que las calles están inundadas con torrentes de color barro que fluyen rápidamente y que han arrastrado todo a su paso, desde vehículos hasta puentes enteros, dejando a muchos aún buscando desesperadamente a sus seres queridos.
En Chiva, Valencia, casi 500 mm de lluvia transformaron el terreno normalmente seco en una vasta zona de desastre. Los equipos de emergencia enfrentan una presión creciente a medida que las llamadas de auxilio inundan desde residentes atrapados y de otros en busca frenética de familiares desaparecidos. Se han despachado helicópteros para evacuaciones aéreas, y los equipos de rescate están navegando por un océano de escombros a pie y con drones, haciendo todo lo posible para llegar a quienes siguen atrapados. “La prioridad es encontrar a estas personas”, urgió Milagros Tolon, una alta funcionaria que supervisa el esfuerzo de respuesta, añadiendo que los recursos se han estirado a límites sin precedentes.
La velocidad y la fuerza de las aguas de la inundación han dejado atónitos incluso a los trabajadores de emergencia más experimentados. Imágenes que circulan en las redes sociales capturan escenas escalofriantes: personas aferrándose a árboles para evitar ser arrastradas, carreteras que parecen ríos salvajes y coches abandonados lanzados como hojas por la implacable corriente. El ejército español ha desplegado a más de 1,000 soldados en las zonas afectadas, con refuerzos adicionales preparados a medida que la operación de búsqueda y rescate se intensifica. Mientras tanto, un tren de alta velocidad que transportaba a casi 300 pasajeros descarriló en Málaga debido a las tormentas, aunque milagrosamente, no se reportaron heridos.
A medida que los funcionarios advierten que las tormentas podrían continuar hasta el jueves, el primer ministro Pedro Sánchez ha hecho un llamado a la vigilancia, instando a los ciudadanos a “mantenerse a salvo y seguir todas las indicaciones de emergencia.” La agencia nacional de meteorología de España, AEMET, emitió la alerta roja máxima para Valencia y advertencias graves para las regiones vecinas, culpando a un fenómeno meteorológico raro conocido como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos). Esta anomalía atmosférica, donde una masa de aire frío queda atrapada sobre aire más cálido y rico en humedad, ha intensificado la lluvia a un nivel asombroso, cubriendo las tierras propensas a la sequía de España con las lluvias más severas vistas en años.
A la luz del trágico alcance de este desastre, el gobierno español ha establecido rápidamente un comité de crisis para agilizar la coordinación entre los equipos de respuesta militares y locales. Pero a medida que la lluvia sigue cayendo, muchos se preguntan cómo el clima de España podría estar cambiando de manera tan drástica. Los científicos ambientales, al observar el aumento en la frecuencia de eventos climáticos extremos, han advertido durante mucho tiempo que el cambio climático podría estar exacerbando estos fenómenos. Justo a principios de este año, España luchó contra una sequía histórica que dejó los embalses secos, solo para ahora ser inundada por torrentes inimaginables.
Con el temor de que el número de muertos aumente a medida que las aguas retroceden y los rescatistas llegan a áreas previamente inaccesibles, España se encuentra en un momento crucial. A medida que se acerca la noche y las familias se agrupan en los centros de evacuación, una nación espera—ansiosa, con el corazón roto y aferrándose a la esperanza en medio del desastre.
Las fuentes de este artículo incluyen: The Associated Press, la televisión pública española y testimonios de testigos.