En un apasionado discurso ante la 25ª Knesset, el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu se comprometió a desmantelar lo que él llamó el «eje del mal», dirigiéndose a las amenazas que afirmó están respaldadas por Irán. Enmarcando el conflicto como uno que trasciende las fronteras regionales, Netanyahu advirtió que la seguridad de Israel está vinculada a la estabilidad global, prometiendo que su administración no cederá en sus esfuerzos militares contra adversarios tanto en el norte como en el sur.
Netanyahu esbozó su estrategia, prometiendo debilitar la influencia de Irán en el Medio Oriente mientras refuerza las capacidades de defensa de Israel. En una declaración contundente, afirmó que la supuesta búsqueda de armas nucleares por parte de Irán y su apoyo armamentista a proxies regionales, incluidos Hezbolá y Hamás, representan una grave amenaza no solo para Israel, sino para el orden mundial en general. «Si Israel cae,» declaró, «la seguridad global estará en riesgo.»
El primer ministro también reconoció a los aliados de Israel, particularmente a los Estados Unidos, por su apoyo en las iniciativas de seguridad de Israel. Sin embargo, dejó claro que Israel actuará de manera independiente si es necesario, afirmando: “Israel toma sus propias decisiones para asegurar su futuro.” Netanyahu vinculó el conflicto actual con la histórica Guerra de Independencia de Israel, enfatizando la resiliencia del país en medio de las crecientes tensiones.
Además de su enfoque militar, Netanyahu expresó una visión para un futuro Medio Oriente donde la influencia iraní disminuya, con Israel fortaleciendo lazos en todo el mundo árabe a través de los Acuerdos de Abraham. Estas alianzas, dijo, son parte de la estrategia regional a largo plazo de Israel.
¿Transformará el llamado a las armas de Netanyahu la región, o profundizará aún más las divisiones en un Medio Oriente ya fracturado?
Las fuentes de este artículo incluyen: Albawaba, Declaraciones del Gobierno de Israel.