Tras la derrota 134-110, el nuevo entrenador de los Lakers, JJ Redick, enfrenta una presión temprana para estabilizar el equipo
Los Angeles Lakers sufrieron una brutal derrota 134-110 ante los Cleveland Cavaliers el miércoles por la noche, dejando frustrados tanto a los aficionados como a los jugadores. Después de la derrota, la estrella del equipo, Anthony Davis, no se anduvo con rodeos, calificando la ofensiva del equipo de “terrible” y admitiendo que los Lakers habían “retrocedido” desde su fuerte inicio de temporada.
«Sabemos lo que tenemos que hacer, dónde tenemos que estar y cómo trabajar juntos,” dijo Davis en una entrevista posterior al partido. “Simplemente no lo hicimos esta noche.” Sus comentarios fueron contundentes, señalando las alarmantes brechas en el espaciado y la ejecución ofensiva de los Lakers—problemas que fueron claramente visibles mientras los Cavaliers controlaban el juego de principio a fin.
Fue una dura derrota, especialmente tras la estrecha derrota de los Lakers ante los Phoenix Suns solo días antes. A pesar de ese revés, los aficionados tenían razones para ser optimistas. El partido contra Phoenix fue reñido, y los Lakers se vieron competitivos durante todo el encuentro. Pero contra Cleveland, los Lakers carecieron de cohesión, energía y el poder ofensivo necesario para mantenerse en el juego.
Davis logró un sólido doble-doble con 22 puntos y 13 rebotes, mientras que LeBron James mejoró con respecto a su partido anterior, anotando 26 puntos. El novato Dalton Knecht también tuvo una actuación impresionante, pero más allá de estas actuaciones, las luchas ofensivas de los Lakers fueron evidentes.
Este juego representa un momento crítico para el entrenador de primer año JJ Redick, quien ahora enfrenta un desafío urgente: hacer ajustes y reunir a su equipo para que vuelva a la forma. Redick, un entrenador novato con muchas miradas sobre él, debe demostrar que puede aprender de los contratiempos iniciales y adaptarse. Los aficionados de los Lakers ahora esperan el juego del viernes por la noche contra los Toronto Raptors, con la esperanza de que el equipo pueda evitar otra derrota desalentadora y retomar el camino hacia el éxito.
Con Davis pidiendo acción, Redick en la cuerda floja y la temporada aún joven, los Lakers no tienen tiempo que perder para revertir la situación.