El Parlamento Europeo aprobó el jueves en Bruselas su posición de negociación para las nuevas normas de la Unión Europea (UE) sobre la homologación y el monitoreo del mercado de vehículos de motor (Euro 7).
Con 329 votos a favor, 230 en contra y 41 abstenciones, los miembros del Parlamento Europeo dieron su acuerdo para actualizar los límites actuales de emisiones de escape (como óxidos de nitrógeno, partículas, monóxido de carbono y amoníaco) y la introducción de nuevas medidas para reducir las emisiones de neumáticos y frenos, así como aumentar la durabilidad de las baterías.
El texto aprobado prevé una desagregación adicional de las emisiones en tres categorías para vehículos comerciales ligeros, según su peso, y límites más estrictos para las emisiones de escape medidas en el laboratorio y en condiciones de conducción real para autobuses y vehículos pesados.
El Parlamento Europeo está ahora preparado para comenzar negociaciones con el Consejo de la UE sobre el asunto.
Por otro lado, la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Europa (ACEA) ya ha reaccionado a esta decisión del Parlamento Europeo, considerando en un comunicado que los miembros del Parlamento Europeo «están adoptando un enfoque más realista respecto a la norma Euro 7 en comparación con lo que propuso la Comisión Europea el año pasado».
Sin embargo, ACEA enfatizó que la norma Euro 7 aún tiene un alto costo y llega en un momento muy crítico en la transformación de la industria.
En noviembre de 2022, la Comisión Europea presentó una propuesta para reducir la contaminación del aire de los nuevos vehículos de motor vendidos en la UE con el fin de alcanzar la ambición de cero contaminación del Pacto Verde Europeo, al mismo tiempo que se asegura la asequibilidad de los precios de los vehículos y se promueve la competitividad de Europa.
Vale la pena señalar que la regulación e introducción del futuro estándar de emisiones Euro 7 no han sido pacíficas en la Unión Europea (UE). Esto se debe a que, inicialmente, la propuesta sobre las emisiones contaminantes de los vehículos de motor de combustión incluía valores de CO2 muy estrictos, lo que requeriría gastos significativos de la industria automotriz para continuar produciendo coches urbanos y vehículos utilitarios – o, alternativamente, abandonar estos segmentos y centrarse en vehículos eléctricos.
El plan de la Unión Europea es reducir las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) en un tercio para 2035.