En respuesta a las catastróficas inundaciones que han reclamado al menos 217 vidas, España está desplegando 7,500 tropas en su región oriental en medio de la creciente indignación pública sobre la gestión del desastre por parte del gobierno. La ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció el aumento de tropas el lunes, añadiendo 2,500 soldados más a los 5,000 que ya estaban en el terreno desde el fin de semana. Su misión: distribuir suministros esenciales, despejar calles llenas de escombros y asegurar los vecindarios de los saqueadores mientras las comunidades luchan por recuperarse.
El número de muertos, el más alto de España por inundaciones en la historia reciente, ha golpeado más duro a la región de Valencia, incluyendo más de 60 fatalidades en el suburbio de Paiporta solo. La tragedia en curso ha desatado la furia pública, especialmente después de que surgieran informes sobre advertencias de inundación retrasadas y lo que muchos consideran una respuesta inicial inadecuada por parte de los equipos de emergencia. Las tensiones estallaron el domingo cuando residentes de Paiporta arrojaron barro al primer ministro Pedro Sánchez y al rey Felipe VI, gritando “¡asesinos!” mientras llegaban para evaluar los daños.
Sumándose a los problemas de la región, una feroz tormenta de granizo azotó Barcelona el lunes, empeorando las condiciones justo cuando un barco naval que transportaba marines, comida y agua se acercaba a Valencia. Los trabajadores de rescate continuaron las sombrías búsquedas de cuerpos, registrando garajes, un enorme estacionamiento de un centro comercial y las orillas de los ríos donde las fuertes corrientes pueden haber arrastrado a las víctimas.
Mientras algunos residentes expresaron sus frustraciones de manera pacífica, otros llevaban insignias vinculadas a grupos de extrema derecha, una visión que la Ministra de Defensa, Robles, dijo que reflejaba los esfuerzos extremistas por explotar la tragedia para obtener beneficios políticos. Sin embargo, la amplia manifestación de frustración destaca la lucha de España por abordar su peor desastre de inundación en cinco décadas, con preguntas aún en el aire sobre si los funcionarios locales y nacionales podrían haber hecho más para prevenir tales altas cifras de víctimas.
Las fuentes de este artículo incluyen: el Ministerio de Defensa de España, declaraciones de funcionarios del gobierno y Reuters.