Las luchas de los Philadelphia 76ers han alcanzado un nuevo mínimo. A pesar del regreso de Joel Embiid al equipo, los Sixers desperdiciaron una ventaja de 19 puntos, cayendo ante el Miami Heat en una derrota aplastante que los empata con los Washington Wizards por el peor récord de la liga con 2-11. Para una franquicia con altas expectativas, es una llamada de atención que ni siquiera su pieza central de calibre MVP puede resolver por sí sola.
«Embiid: ‘Sabemos que tenemos que mejorar'»
Después de la derrota, Embiid se acercó al micrófono y asumió las fallas del equipo. “Sabemos dónde estamos y sabemos que tenemos que mejorar. Seguro que lo haremos,” dijo con un tono de determinación. Admitiendo que el estado actual es “inaceptable”, Embiid prometió un cambio, añadiendo, “Estaremos bien.”
Embiid enfatizó la importancia del liderazgo, diciendo, “Todo comienza con el mejor jugador, siempre teniendo la mentalidad de que, ya sabes, no es alarmante. Yo tengo esa mentalidad. PG (Paul George) tiene esa mentalidad. Simplemente tener nuestra mentalidad alivia a muchos chicos.”
Pero incluso mientras Embiid asumía la culpa, no pudo resistir lanzar un dardo a los árbitros, citando los 11 intentos de tiros libres más de Miami como un factor en la derrota.
«Otra Oportunidad Perdida»
La noche de los Sixers comenzó con promesas pero terminó en desilusión. Jared McCain continuó su racha de anotaciones, liderando al equipo con 20 puntos—su quinto juego consecutivo alcanzando esa marca. Paul George contribuyó con 18 puntos en una noche de tiro complicada (5 de 13), además de 6 rebotes, 5 asistencias y 3 robos.
Sin embargo, Embiid luchó por afirmarse ofensivamente, terminando con solo 11 puntos en 5 de 11 tiros, mientras añadía 8 rebotes y 5 asistencias. Para un jugador de su calibre, fue una actuación muy por debajo del estándar que ha establecido.
«Problemas Sistémicos Expuestos»
Los problemas de los Sixers son más profundos que una sola mala noche. Su incapacidad para cerrar los partidos, incluso con una ventaja significativa, destaca debilidades evidentes en la ejecución, el enfoque defensivo y el liderazgo. Se esperaba que el regreso de Embiid impulsara al equipo, pero parece que Filadelfia está atrapada en una mala racha que ni siquiera sus jugadores estrella pueden romper.
Miami, por otro lado, aprovechó al máximo el colapso de los Sixers. La consistencia de los Heat en la línea de tiros libres y su capacidad para capitalizar los errores fueron suficientes para cambiar el rumbo, enviando a Filadelfia a una mayor desesperación.
«¿Qué sigue para los Sixers?»
Con un récord de 2-11, los Sixers enfrentan una crisis que podría definir su temporada. El liderazgo de Embiid es crítico, pero como el MVP reinante, necesita elevar su juego a un nivel que coincida con sus palabras. Mientras tanto, el elenco de apoyo debe encontrar consistencia, particularmente Paul George, cuyas dificultades de tiro han afectado la ofensiva del equipo.
Los Sixers ahora enfrentan una creciente presión para revertir la situación rápidamente. Los aficionados se están impacientando, y las preguntas sobre el entrenamiento, la química y el esfuerzo ya están surgiendo. ¿Puede Embiid reunir a su equipo para salvar su temporada, o es este el comienzo de una reconstrucción larga y dolorosa?
«Es hora de cumplir»
La afición de Filadelfia no es ajena a la decepción, pero este nivel de bajo rendimiento se siente como una traición a las expectativas. Para Embiid y los Sixers, el momento de cumplir es ahora. Cualquier cosa menos, y esta temporada podría convertirse en uno de los capítulos más olvidables en la historia de la franquicia.