Cuando los New York Jets intercambiaron por Aaron Rodgers, estaban persiguiendo un tan esperado regreso a la gloria, confiando en que el cuatro veces MVP transformaría su fortuna y finalmente llevaría un Super Bowl a una afición torturada. Dos temporadas después, los resultados son nada menos que catastróficos. Un récord de 3-8 en 2024, cuatro jugadas en 2023 antes de una devastadora lesión en el tendón de Aquiles, un entrenador en jefe despedido y una plantilla dejada en ruinas—este es el resultado de la apuesta desafortunada de los Jets.
«La montaña rusa de Rodgers: De la esperanza a la desesperación»
La saga de Rodgers con los Jets comenzó con optimismo cuando adquirieron al exestrella de los Green Bay Packers en 2023, con la esperanza de que él sería la pieza que faltaba en su rompecabezas del Super Bowl. Pero el cuento de hadas terminó casi tan rápido como comenzó. Rodgers jugó solo cuatro jugadas antes de desgarrarse el tendón de Aquiles, descarrilando la temporada y sembrando dudas sobre su durabilidad. Avancemos a 2024, y aunque Rodgers ha regresado al campo, sus actuaciones sugieren que sus mejores días están firmemente en el espejo retrovisor.
Rodgers ha lanzado 17 touchdowns contra siete intercepciones esta temporada, pero esos números ocultan problemas más profundos. Su 6.4 yardas por intento es alarmantemente bajo, y aún no ha superado 300 yardas por pase en un juego desde 2021. Contra los Colts, Rodgers lanzó solo 184 yardas, marcando su segundo juego consecutivo por debajo de 200 yardas. Su brazo, que alguna vez fue dominante, ahora parece disminuido, y su incapacidad para estirar el campo ha mantenido a la ofensiva de los Jets en el suelo.
«Un Legado Manchado y una Franquicia Frustrada»
El declive de Rodgers era evidente incluso antes de que los Jets lo adquirieran. En 2022, lanzó 12 intercepciones, su total más alto en años, y llevó a los Packers a un decepcionante récord de 8-9. Sin embargo, los Jets ignoraron las señales de advertencia, apostando fuerte por un mariscal de campo que se acerca a los 40 años. Ahora, con casi 41 años, Rodgers parece una sombra de su antiguo yo.
Después de la reciente derrota de 28-27 ante los Colts, Rodgers admitió a ESPN, “Estoy decepcionado,” pero evitó una introspección más profunda. Su evasión y comentarios vagos sobre la motivación y «encontrar formas de seguir enamorado del juego» revelan a un jugador que lucha por adaptarse a su nueva realidad.
«Una Franquicia en Desorden»
Los problemas de los Jets van mucho más allá de Rodgers. Robert Saleh ya ha sido despedido, y el gerente general Joe Douglas podría ser el próximo. La plantilla de ganar ahora del equipo, destacada por adquisiciones de renombre como Davante Adams y Paul George, no ha logrado cohesionar. Los Jets están atrapados en una batalla con los New England Patriots por el último lugar en la AFC Este, muy alejados de las aspiraciones de campeonato que tenían cuando llegó Rodgers.
El contrato de Rodgers complica aún más las cosas. Se espera que gane $23.5 millones en 2025, y cortarlo o intercambiarlo aún dejaría a los Jets con un golpe salarial de $25.5 millones. Designarlo como un corte o intercambio posterior al 1 de junio ahorraría a los Jets $9.5 millones, pero esa es una forma dura de tratar a una leyenda de la NFL, y el valor de mercado de Rodgers se ha evaporado casi por completo.
«Es Hora de Cortar el Cable»
El único camino realista para los Jets es esperar que Rodgers se retire voluntariamente. Si se aleja, preserva lo que queda de su legado y permite a los Jets seguir adelante sin más tumulto financiero o de plantilla. Pero con el ego y la determinación de Rodgers, confiar en que se aleje con gracia parece un pensamiento iluso.
Para los Jets, la prioridad debe ser un reinicio completo. Eso probablemente significa reemplazar a Douglas, contratar un nuevo entrenador en jefe y seleccionar a un joven mariscal de campo para reconstruir desde cero. El experimento de Rodgers ha demostrado que apostar por estrellas envejecidas sin una base sólida es una receta para el desastre.
«Los Jets No Son los Buccaneers»
Cuando los Tampa Bay Buccaneers apostaron por Tom Brady, fueron recompensados con un anillo del Super Bowl. Sin embargo, los Jets no son los Buccaneers. Su infraestructura no estaba lista para apoyar a un mariscal de campo veterano, y la edad y el historial de lesiones de Rodgers solo agravaron sus problemas.
La era de Rodgers será recordada como una historia de advertencia: a veces, el sueño de una solución rápida puede llevar a pesadillas a largo plazo.
«Mirando hacia el futuro: ¿Un rayo de esperanza?»
Los Jets aún tienen talento joven y capital de draft para comenzar una reconstrucción, pero el primer paso es admitir que el experimento con Rodgers ha fracasado. Cuanto más se aferren a una falsa esperanza, más se quedarán atrás en una liga donde el tiempo y el talento no esperan a nadie.
Los aficionados de los Jets han soportado décadas de decepción, pero este fiasco se siente especialmente doloroso. Es hora de que Nueva York corte sus pérdidas, se enfoque en el futuro y finalmente comience a construir la base para un éxito duradero. Rodgers puede quejarse, pero los Jets ya han gastado demasiado tiempo y dinero persiguiendo un sueño que ahora es innegablemente pasado.