En el acelerado mundo de la Fórmula E, lograr resultados elusivos de 1-2 requiere una combinación única de habilidades. La estrategia, eficiencia y agresividad son solo algunas de las cualidades necesarias. Sin embargo, los pilotos de Jaguar, Mitch Evans y Nick Cassidy, parecían tener una conexión casi sobrenatural durante el reciente Monaco E-Prix. Su coordinación perfecta en la pista fue aún más impresionante considerando que la carrera tuvo lugar en su hogar adoptivo y coincidió con el compromiso a largo plazo de Jaguar con la Fórmula E.
Para Evans, la victoria tuvo un significado especial. Anteriormente había terminado en segundo y tercer lugar en el Principado, y esta victoria llegó poco después de la muerte de su mentor, Sir Colin Giltrap. El peso emocional del momento se mezcló con las implicaciones prácticas, ya que la victoria de Evans lo acercó a su objetivo de ganar el título de pilotos de la Fórmula E.
Pero Evans no logró esta victoria solo. Tanto él como Cassidy tuvieron buenas actuaciones en la clasificación, pero pequeños errores les impidieron asegurar una primera fila. A pesar de estos contratiempos, la pareja mostró un notable trabajo en equipo y resiliencia a lo largo de la carrera.
Los momentos clave que definieron el Monaco E-Prix y llevaron al éxito de Jaguar fueron el inicio de la carrera, donde Cassidy perdió posición ante Evans debido a un derrape de ruedas, y los eventos subsecuentes que se desarrollaron. Evans logró adelantar a Stoffel Vandoorne por el liderato, gracias a su pensamiento rápido y maniobras estratégicas. La comunicación del equipo fue ocasionalmente afectada por problemas de radio, pero tanto los pilotos como los ingenieros se mantuvieron tranquilos y enfocados.
En lugar de depender de órdenes del equipo, Cassidy y Evans trabajaron juntos perfectamente. Cassidy, reconociendo la oportunidad de un final 1-2, desempeñó voluntariamente un papel de apoyo a Evans. Ese nivel de cooperación y comprensión entre los pilotos fue crucial para garantizar el segundo final 1-2 de Jaguar en la Fórmula E.
La victoria de Evans en Mónaco no solo rayó la superficie de su reputación casi humana, sino que también dio un impulso muy necesario a sus aspiraciones de campeonato. Entró al fin de semana en séptimo lugar, detrás del líder por 37 puntos. Ahora, ha subido dos posiciones y ha reducido la diferencia a 12 puntos. Cassidy también está dentro de la distancia de ataque del liderato, detrás por solo siete puntos.
Esta victoria en Mónaco tiene un significado personal inmenso para Evans, ya que la dedicó a la memoria de Sir Giltrap. La pérdida de su mentor de larga data y la dedicación de esta victoria a él tienen un significado profundo para Evans y para la comunidad automovilística de Nueva Zelanda en su conjunto.
En general, el E-Prix de Mónaco mostró el excepcional trabajo en equipo y habilidad estratégica de los pilotos de Jaguar. Su capacidad para superar obstáculos y trabajar juntos telepáticamente en la pista los diferencia en el mundo de la Fórmula E.