Un estudio reciente de la Fundación Friedrich Naumann ha revelado que las ventas de armas de Corea del Norte a Rusia han aumentado, con estimaciones que alcanzan hasta los 5.5 mil millones de dólares, ya que Pyongyang apoya cada vez más la guerra de Moscú en Ucrania. El informe, publicado el 28 de octubre, subraya una alianza cada vez más estrecha, ya que las armas y tropas norcoreanas refuerzan la agresión de Rusia, marcando un cambio dramático en la dinámica global a medida que ambas naciones profundizan sus lazos militares y diplomáticos.
Desde la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania, Corea del Norte ha intensificado los envíos de armas, alimentando un comercio lucrativo que la inteligencia militar ucraniana estima incluye hasta 1.7 mil millones de dólares solo en envíos mínimos de armas. Junto a las ventas de armas, se espera que Pyongyang obtenga “cientos de millones de dólares” adicionales al desplegar tropas, una decisión que la inteligencia ucraniana confirma ya ha visto a soldados norcoreanos integrados en las filas rusas.
Los analistas advierten que, aunque Rusia puede buscar aumentar la presencia de tropas norcoreanas, escalar a más de 20,000 soldados podría desestabilizar el régimen de Kim Jong Un. El informe destaca los riesgos de deserción y la presión sobre los recursos controlados estrictamente en Corea del Norte, sugiriendo que Pyongyang está avanzando con cautela mientras pondera el apoyo militar contra la estabilidad interna.
El apoyo de Corea del Norte a Rusia no se limita a los intercambios militares. El compromiso diplomático ha aumentado, con más de 24 reuniones de alto nivel entre funcionarios rusos y norcoreanos desde enero de 2024, un ritmo sin precedentes en comparación con las tres últimas décadas. Este aumento refleja un cambio estratégico: Rusia ahora está aprovechando esta relación como una forma de presionar a los aliados occidentales en Asia Oriental, especialmente a Corea del Sur y Japón, para que reconsideren su apoyo a Ucrania. Según la autora del estudio, Olena Guseinova, “Rusia está utilizando su relación con Corea del Norte – y la posible transferencia de tecnología militar – como una herramienta para poner a prueba la unidad de las alianzas occidentales.”
Mientras tanto, tanto Moscú como Pyongyang se benefician de esta asociación, el creciente apoyo representa un desafío directo para Occidente. Con Corea del Norte obteniendo ganancias de un comercio de armas de mil millones de dólares, Rusia gana un aliado vital en su esfuerzo bélico, obligando a los aliados occidentales a reevaluar las dinámicas de poder cambiantes y prepararse para las repercusiones de esta formidable nueva alianza.