En apenas dos años, la Fórmula 1 tendrá cambios regulatorios fundamentales que afectarán varios aspectos de los monoplazas. Estos contarán con nuevas unidades motrices, con mayor énfasis en los componentes eléctricos, pero también se está considerando la aerodinámica activa para compensar la pérdida de velocidad resultante de las motorizaciones.
Los planes incluían un ala trasera desmontable, generando más carga aerodinámica en las curvas al mismo tiempo que habría menos carga aerodinámica en las rectas para que las velocidades máximas sean mayores. Sin embargo, según el sitio Motorsport.com, las pruebas de simulador realizadas por los equipos mostraron que a alta velocidad los monoplazas quedarían con tan poca carga aerodinámica que girarían en trompo solo al acelerar en la recta debido a la falta de sustentación.
Las simulaciones con la configuración de menor resistencia al avance y potencia máxima del motor muestran que los pilotos girarían en trompo en las rectas y las curvas más cerradas serían imposibles de tomar sin que la parte trasera se deslizara. Se cree que el ala trasera activa estudiada tiene un efecto tres veces mayor en el equilibrio aerodinámico en comparación con el actual DRS.
Una fuente del sitio mencionado sugiere que, en este contexto, la única solución para que los monoplazas sean manejables sería limitarlos de tal manera que fueran más lentos que los actuales de la Fórmula 2. Sin embargo, la FIA ya estaría trabajando en el tema y habría concluido que también será necesario contar con un ala delantera activa para lograr las características deseadas. Lo cierto es que el tiempo apremia, ya que faltan aproximadamente año y medio para que los equipos tengan que tener los monoplazas listos.