¡Caos en Líbano! Israel desató un mortal ataque aéreo, matando a 15 militantes de Hezbollah en una dramática escalada de violencia. La operación, que tuvo como objetivo la ciudad sureña de Bint Jbeil, se produjo después de que Israel sufriera su día más mortífero de enfrentamientos en el frente libanés en más de un año. La intensidad del ataque fue igualada por otro movimiento audaz: Israel bombardeó Beirut, sacudiendo el mismo corazón de la capital libanesa.
Pero la devastación no se detuvo ahí. El ataque aéreo de Israel golpeó Bachoura, un vecindario cercano al parlamento de Líbano, dejando seis muertos y siete heridos. Un edificio quedó en ruinas, su primer piso en llamas, mientras los temores de más destrucción se apoderaban de la ciudad. Un funcionario de la ONU describió la escena como una de “ansiedad y miedo,” con explosiones desgarrando Beirut en la oscuridad de la noche.
Este ataque se produjo justo un día después de que Irán lanzara su mayor asalto misilístico contra Israel hasta la fecha, disparando más de 180 misiles, con Irán advirtiendo de una “respuesta decisiva” si se le provoca más. Israel respondió con fuerza, prometiendo vengarse mientras la amenaza de una guerra a gran escala se cierne.
En un nuevo golpe para Hezbollah, su infame líder, Hassan Nasrallah, fue asesinado en una serie de ataques con misiles israelíes en Dahiyeh, asestando un golpe devastador al grupo. Este es un golpe significativo para la red de proxies de Irán, ya que Hezbollah ha sido considerado durante mucho tiempo una fuerza importante en Líbano y la región. La eliminación de Nasrallah está destinada a desestabilizar el liderazgo del grupo y el poder regional.
El efecto dominó de este conflicto se ha extendido por todo el Medio Oriente, con los hutíes de Yemen y otras milicias respaldadas por Irán lanzando ataques en apoyo de Hamás en Gaza. Los hutíes afirmaron haber realizado un ataque con drones en Tel Aviv, añadiendo otra capa volátil a esta situación explosiva.
Mientras tanto, el saldo en Líbano ha sido catastrófico. Más de 1,900 muertos y más de 9,000 heridos en casi un año de conflicto transfronterizo. Israel ha intensificado sus operaciones terrestres, movilizando infantería pesada y unidades blindadas en un intento por neutralizar la presencia de Hezbolá a lo largo de la frontera. La Brigada Golani, conocida por su destreza en combate, y otras divisiones blindadas han entrado en la contienda.
La crisis humanitaria se agrava a medida que 1.2 millones de libaneses están desplazados, con cientos buscando refugio en albergues no convencionales, incluyendo un club nocturno en Beirut que alguna vez fue famoso por su vibrante vida nocturna. Ahora, este lugar registra familias desplazadas, mientras el personal pasa de relaciones con los huéspedes a gerentes de crisis.
En medio de la violencia continua, los líderes mundiales están buscando soluciones. El Emir de Qatar y el Presidente de Irán condenaron las acciones de Israel, pidiendo altos el fuego urgentes y denunciando lo que llamaron “genocidio colectivo.” Las naciones occidentales, preocupadas por sus ciudadanos atrapados en Líbano, han preparado planes de contingencia para la evacuación, pero los esfuerzos a gran escala aún no se han desplegado.
Con el Medio Oriente al borde de una guerra más amplia, todas las miradas están puestas en Israel y Hezbolá, esperando ver quién hará el próximo movimiento en este peligroso juego de poder.