Brian Daboll, el entrenador en jefe de los New York Giants, sacó un truco inusual del libro de reglas de la NFL el lunes por la noche en un intento desesperado por darle a su equipo una última oportunidad ofensiva contra los Pittsburgh Steelers. Daboll puso intencionalmente a 12 jugadores en el campo para provocar una penalización y detener el reloj, una jugada que podría haber cambiado el rumbo del partido. Sin embargo, al final, el mariscal de campo Daniel Jones lanzó una intercepción que selló el destino del juego, y los Giants se quedaron cortos con un récord de 2-6.
Con poco menos de tres minutos restantes en el juego y Pittsburgh liderando, los Giants enfrentaron un desafío difícil. Najee Harris acababa de avanzar siete yardas en 1st-and-10, empujando a Nueva York a una posición precaria. Daboll aún tenía tres tiempos fuera y llamó al primero, deteniendo el reloj en 2:47.
Fue entonces cuando Daboll hizo su jugada audaz. Sabiendo que su equipo no podía permitirse que los Steelers dejaran correr el reloj con otro primer down, Daboll envió intencionalmente a 12 jugadores al campo para la siguiente jugada. A medida que los árbitros llamaron la penalización antes del snap, se creó lo que se conoce como una situación de “no jugada”, lo que significa que no corrió tiempo del reloj. La penalización de cinco yardas le dio automáticamente a los Steelers un primer down, pero no avanzó el reloj.
Los Giants aún tenían dos tiempos fuera y la advertencia de dos minutos a su favor. La penalización que detuvo el reloj permitió a Nueva York recuperar el balón, tras una defensa exitosa, con 1:53 restantes. Joe Buck y Troy Aikman no notaron inicialmente la estrategia de gestión del reloj de Daboll, pero Peyton y Eli Manning la reconocieron en tiempo real en su transmisión, destacando el ingenioso enfoque de Daboll.
A pesar de la maestría de Daboll en la manipulación del reloj, el esfuerzo fue en última instancia en vano. Jones lideró una serie de ocho jugadas y 58 yardas, pero lanzó una intercepción, terminando el juego y dejando a Nueva York con un decepcionante récord de 2-6.
El audaz truco de manipulación del reloj proporcionó un giro estratégico en los minutos finales, mostrando la astucia y el dominio de Daboll sobre las reglas de la NFL. Pero con la costosa intercepción de Jones, la temporada de los Giants sigue en aguas turbias.