En un cambio revolucionario que podría redefinir la economía global, BRICS se está posicionando para desafiar el control del dólar estadounidense sobre las finanzas internacionales. Tras su expansión en 2024, el grupo—que ahora representa la mitad de la población mundial y más de una cuarta parte del PIB global—tiene como objetivo reducir la dependencia de sistemas financieros occidentales como SWIFT y el dólar estadounidense.
En la última cumbre en Rusia, los líderes de BRICS abogaron por la creación de un rival de SWIFT, un movimiento que podría desestabilizar el dominio del dólar en el comercio global. Con miembros clave como China, India y Rusia liderando la carga, el bloque se está preparando para reescribir las reglas de las finanzas internacionales, con el objetivo de establecer un nuevo orden mundial donde las economías emergentes tengan más control sobre sus políticas monetarias.
Sin embargo, el camino por delante no está exento de obstáculos. Los críticos argumentan que las divisiones internas—que van desde agendas políticas diferentes hasta disparidades económicas—podrían impedir que BRICS realice plenamente su ambiciosa visión. Algunos se preguntan si el bloque podrá superar estos desafíos para crear una estrategia unificada para la influencia global.
No obstante, el impulso es innegable. El rápido crecimiento y el poder económico de BRICS están provocando una conversación sobre el futuro de las finanzas globales. Si tiene éxito, BRICS podría desmantelar el sistema financiero liderado por EE. UU., dando paso a una nueva era donde las potencias económicas del mundo operen en sus propios términos.
¿Es este el principio del fin de la supremacía del dólar estadounidense? El ascenso de BRICS podría ser el cambio sísmico que el mundo no vio venir.