En un hito militar innovador frente a la costa de San Diego, un caza F-35B de la Marina de los EE. UU. aterrizó con éxito por primera vez en el mayor buque de guerra de Japón, el JS Kaga. La prueba, realizada durante el fin de semana, marca un avance significativo en las operaciones militares conjuntas entre los dos aliados, demostrando su capacidad para cooperar con uno de los aviones furtivos más avanzados del mundo.
Este aterrizaje exitoso destaca la creciente asociación estratégica entre EE. UU. y Japón, ya que ambas naciones trabajan juntas para fortalecer las capacidades de defensa en la cada vez más disputada región del Indo-Pacífico. Con China afirmando su control sobre rutas marítimas vitales, esta operación conjunta es una señal clara de la disposición de la alianza EE. UU.-Japón para mantener la seguridad y disuadir amenazas.
El JS Kaga, un destructor convertido en portaaviones, fue modificado especialmente para soportar los potentes motores de empuje del F-35B, mejorando el alcance defensivo de Japón mientras se mejora la interoperabilidad con las fuerzas estadounidenses.