Kith and Kin, un popular restaurante de Massachusetts, se convirtió en el centro de una tormenta este fin de semana cuando ocho recreadores de la Segunda Guerra Mundial llegaron disfrazados, dos de ellos vestidos con uniformes de las SS nazis. El grupo, recién llegado de un evento de recreación en el Museo de la Herencia Americana, causó un alboroto entre los comensales, lo que llevó al restaurante a emitir una disculpa, reconociendo que aunque los recreadores eran “historiadores vivientes”, fue un error de juicio permitirles permanecer en personaje.
El restaurante explicó que, aunque entendían el contexto histórico de los disfraces, la decisión de sentar a los comensales en uniformes nazis, especialmente durante un período de violencia antisemita creciente, fue errónea. El Museo de la Herencia Americana, donde los recreadores estaban actuando, estuvo de acuerdo, calificando la exhibición pública como “más allá de lo imprudente” y “repugnante”, enfatizando que tal vestimenta solo es apropiada en contextos educativos destinados a conmemorar los sacrificios de los soldados de la Segunda Guerra Mundial.
La disculpa del restaurante fue recibida con reacciones mixtas en las redes sociales, con algunos locales indignados por la escena que describieron como “impactante y ofensiva”, mientras que otros simpatizaban con el personal, que enfrentó una situación inesperada y difícil. El martes, Kith and Kin anunció un cierre temporal debido a un aumento de amenazas tras el incidente, citando preocupaciones por la seguridad de su personal. Para muchos en Hudson, es un recordatorio claro de que los disfraces históricos fuera de contexto pueden despertar emociones profundas y controversias.