China ha emitido una fuerte reprimenda a los Estados Unidos, condenando sus últimas sanciones a empresas chinas como «ilegales» y «unilaterales». En una declaración acalorada, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning, defendió los estrictos controles de su país sobre las exportaciones de doble uso como los drones y negó rotundamente cualquier implicación en el suministro de armas letales a Rusia o Ucrania.
El choque diplomático estalló después de que Estados Unidos impusiera sanciones a dos empresas chinas acusadas de suministrar a Rusia motores y piezas de drones, supuestamente permitiendo a Moscú llevar a cabo ataques de largo alcance en Ucrania utilizando vehículos aéreos no tripulados. El Tesoro de EE. UU., en una declaración el jueves, afirmó que por primera vez había sancionado a empresas chinas “que desarrollan y producen directamente sistemas de armas completos en asociación con empresas rusas”.
Mao Ning no se contuvo, calificando las acusaciones de infundadas y acusando a EE. UU. de explotar el conflicto en Ucrania para atacar a Pekín. “China nunca ha proporcionado armas letales a ninguna de las partes en el conflicto ucraniano», dijo durante una conferencia de prensa, enfatizando que Pekín impone estrictos controles sobre la exportación de drones civiles para prevenir su uso indebido en aplicaciones militares. «Nos oponemos al uso de drones civiles con fines militares», añadió.
La firme respuesta de China llega en medio de crecientes tensiones entre Pekín y Washington, que se han visto envueltos en una serie de confrontaciones sobre comercio, tecnología e influencia geopolítica. La portavoz china enfatizó que las sanciones de EE. UU. a las empresas chinas son otro ejemplo de la intromisión de Washington. “Estas sanciones son ilegales, unilaterales y van en contra de las normas internacionales,” afirmó, advirtiendo que tales acciones podrían dañar aún más los lazos ya tensos entre las dos potencias.
No es la primera vez que China enfrenta acusaciones de ayudar indirectamente al esfuerzo bélico de Rusia en Ucrania. En julio, Pekín anunció una prohibición integral sobre la exportación de drones civiles que podrían adaptarse potencialmente para fines militares, subrayando su determinación de mantenerse al margen del conflicto. A pesar de esto, EE. UU. y otras naciones occidentales continúan afirmando que los productos y tecnologías chinas están llegando a manos rusas, supuestamente apoyando su máquina de guerra.
Mao Ning fue inequívoca en su demanda de que Washington deje de arrastrar a China al conflicto de Ucrania. “Instamos a los Estados Unidos a que dejen de utilizar el tema de Ucrania para difamar y presionar a China,” dijo, afirmando que Pekín ha mantenido consistentemente una postura neutral en el conflicto y apoya una resolución pacífica a través de medios diplomáticos.
A medida que las tensiones aumentan, está claro que la fricción entre China y EE. UU. no se trata solo de drones o Ucrania; es parte de una lucha geopolítica más amplia por la dominación. Sin embargo, el mensaje de Pekín a Washington es firme: China no será intimidada y no aceptará ser arrastrada a un conflicto en el que no tiene parte. A medida que las dos superpotencias chocan, las ramificaciones globales se están volviendo cada vez más difíciles de ignorar.