En una revelación impactante, Clarissa Ward de CNN ha relatado el aterrador ordeal donde ella y su equipo fueron retenidos cautivos por una milicia en Darfur durante dos días mientras informaban sobre la brutal guerra civil en Sudán. Ward, junto con el camarógrafo Scott McWhinnie y el productor Brent Swails, fue rodeada por combatientes fuertemente armados al llegar a la región devastada por el conflicto a principios de este mes.
La pesadilla comenzó cuando una milicia liderada por un hombre conocido solo como «el general» los acusó de ser espías, deteniendo a los periodistas en un encuentro hostil donde se dispararon balas. “Soy madre. Tengo tres niños pequeños,” suplicó Ward, desesperada por desactivar la situación en escalada. El equipo fue interrogado durante horas y obligado a dormir al aire libre, custodiado por jóvenes soldados armados—algunos tan jóvenes como de 14 años.
Ward describió la inquietante experiencia de racionar agua y comida, mientras la abrumadora incertidumbre de la supervivencia la carcomía. “El sueño, cuando llegaba, era una misericordia,” admitió, mientras la amenaza inminente de no volver a ver a sus hijos pesaba en su mente.
Después de 48 horas intensas, el general sorprendió al declarar que podían irse, admitiendo, “Pensamos que eran espías, pero ahora pueden ir a casa.” Una ola de alivio recorrió a Ward y su equipo mientras posaban torpemente para una foto final con sus captores.
Mientras Ward y su equipo ahora están a salvo, su experiencia subraya los peligros siempre presentes de informar desde zonas de guerra, donde más de 20,000 personas han sido asesinadas y millones han sido desplazadas desde que estalló la guerra civil sudanesa en 2023.