En una temporada ya plagada de disputas entre los equipos de NASCAR y los propietarios de la serie por el nuevo acuerdo de carta, el copropietario de 23XI Racing, Denny Hamlin, ha echado más leña al fuego al señalar la dura realidad financiera que enfrentan muchos equipos. Con 23XI Racing y Front Row Motorsports ahora demandando a NASCAR por preocupaciones de sostenibilidad, Hamlin se dirigió a su podcast Actions Detrimental para desglosar la crisis de patrocinio que, según él, solo unos pocos equipos de primer nivel son capaces de soportar a largo plazo.
“Las únicas personas que tienen el poder de permanencia en nuestro deporte para siempre son Penske, Hendrick, y definitivamente puedes incluir a Joe Gibbs Racing también,” dijo Hamlin, explicando que las relaciones duraderas de estos equipos y sus conexiones de negocio a negocio (B2B) les permiten mantener patrocinios sólidos y ganar de manera consistente. “Nadie más realmente tiene esa capacidad,” agregó, subrayando que los equipos restantes se ven obligados a luchar por dólares de patrocinio y estabilidad, lo que los hace “frágiles” en un entorno despiadado.
Hamlin señaló que los equipos más pequeños, incapaces de cultivar asociaciones comerciales similares o seguridad financiera, encuentran difícil prosperar. Esta realidad, explicó, está creando una brecha creciente entre los equipos poderosos y aquellos que apenas sobreviven. “Es una bola de nieve que ocurre en este negocio que lo hace extremadamente difícil,” dijo Hamlin, enfatizando que estas luchas por el patrocinio obligan a los equipos a tener un rendimiento inferior, lo que a su vez los hace aún menos atractivos para los inversores—un ciclo vicioso que amenaza su supervivencia.
Hamlin también señaló a Stewart-Haas Racing (SHR) como un ejemplo de lo que sucede cuando el rendimiento falla. SHR perdió su acuerdo de fabricante con Ford, lo que Hamlin dice que desencadenó una reacción en cadena que dejó al equipo vulnerable. “Si no tienes un acuerdo de fabricante, que ellos terminaron perdiendo basado en el rendimiento, y luego comienzas a perder patrocinadores, va en picada”, destacó. La espiral descendente finalmente llevó a la caída del equipo, destacando lo que Hamlin llamó una tendencia preocupante para los equipos de nivel medio.
Con NASCAR enfrentando desafíos de sostenibilidad financiera en curso, los comentarios de Hamlin plantean preguntas importantes sobre el futuro del deporte si estos problemas de patrocinio permanecen sin resolver. Sin apoyo estructural, muchos temen que NASCAR se convierta cada vez más en un patio de recreo solo para los equipos más financieramente fortalecidos, lo que podría erosionar el espíritu competitivo que ha definido al deporte durante mucho tiempo.
A medida que la batalla por los acuerdos de charter y las estructuras de patrocinio continúa, la presión está aumentando para que NASCAR aborde estos problemas críticos antes de que la integridad y el futuro del deporte estén en riesgo.