En un desarrollo que sacude las alianzas en Oriente Medio, Arabia Saudita e Irán han planeado un ejercicio militar conjunto en el Mar Rojo, lo que ha generado sorpresa en todo el mundo. Esta propuesta, originada en Arabia Saudita, ha puesto el foco en la estrategia de defensa en evolución del reino y su creciente independencia de alianzas de larga data, particularmente con Estados Unidos.
Históricamente, Arabia Saudita ha sido uno de los aliados más cercanos de Washington en la región, consolidado a través de una relación de «petróleo por seguridad» que benefició a ambos países. Las armas estadounidenses alimentaron las defensas sauditas, mientras que el petróleo saudita garantizó mercados globales estables. Sin embargo, en los últimos años, esta relación se ha visto tensada. Estados Unidos se ha centrado cada vez más en el «equilibrio offshore», priorizando un enfoque más laxo en Oriente Medio. Este retiro gradual ha dejado a Arabia Saudita sintiéndose expuesta, enfrentando amenazas a la seguridad regional que desafían los límites de los compromisos estadounidenses.
Los recientes movimientos hacia la paz regional han transformado las alianzas en Oriente Medio. En un giro sorprendente a principios de este año, Arabia Saudita normalizó relaciones con Irán—su rival histórico—bajo mediación china. Esto marcó un punto de inflexión para la estrategia saudita, enfatizando la estabilidad regional a través del diálogo en lugar de depender del apoyo militar occidental.
Desde esa reconciliación, el panorama de seguridad para Arabia Saudita ha mejorado notablemente. Los tensos enfrentamientos fronterizos del reino con los rebeldes hutíes de Yemen han disminuido, y la infraestructura crítica ha enfrentado menos amenazas de ataques transfronterizos. Ahora, al iniciar un ejercicio militar conjunto con Irán, Arabia Saudita está transmitiendo una poderosa señal: se está moviendo hacia la independencia estratégica.
La elección del Mar Rojo para estos ejercicios está cargada de significado. Como una de las rutas de navegación más transitadas del mundo, el Mar Rojo es esencial para el comercio y la estabilidad global. Pero las tensiones recientes han añadido peligro a estas aguas. Tras las escaladas en el conflicto israelí-palestino, los rebeldes hutíes de Yemen—estrechamente alineados con Irán—han lanzado ataques contra embarcaciones comerciales con destinos israelíes. Esta agresión continua de los hutíes ha puesto de relieve la inestabilidad que acecha a la región del Mar Rojo, obligando a Arabia Saudita a tomar una posición.
Al incluir a Irán en los ejercicios conjuntos, Arabia Saudita busca enviar un mensaje firme sobre el mantenimiento de la seguridad en el Mar Rojo. El apoyo de Irán a los hutíes a menudo lo ha puesto en desacuerdo con los intereses sauditas, pero una asociación directa entre los dos países para asegurar estas aguas podría simbolizar un nuevo alineamiento. Para Arabia Saudita, el enfoque en estabilizar el Mar Rojo refleja un compromiso de abordar las amenazas regionales de manera directa, en lugar de evitarlas.
Los ejercicios en el Mar Rojo subrayan un objetivo más amplio también: demostrar que las potencias regionales pueden gestionar de forma autónoma sus propias preocupaciones de seguridad, alejándose de la dependencia de superpotencias externas. El papel asertivo de Arabia Saudita al proponer estos ejercicios indica que puede estar recalibrando sus prioridades de seguridad, abrazando la paz y la cooperación en lugar de la dominación militar respaldada por Occidente.
Este movimiento desafía el orden convencional. Al alinearse con Irán para un ejercicio conjunto en el Mar Rojo, Arabia Saudita subraya un interés compartido en prevenir que grupos no estatales, como los hutíes, interrumpan aguas internacionales cruciales. El ejercicio también representa una reconfiguración de la arquitectura de seguridad en Oriente Medio, donde Arabia Saudita e Irán señalan su determinación de mantener el Mar Rojo como una zona libre de conflictos, con el objetivo de reconstruir la confianza internacional en la estabilidad de la región.
En un mundo cada vez más multipolar, las acciones de Arabia Saudita envían un fuerte mensaje: el reino está trazando un camino de autonomía estratégica. Este ejercicio conjunto con Irán sirve como un recordatorio de que Oriente Medio está evolucionando, y las suposiciones de larga data sobre alianzas y rivalidades están siendo reescritas. ¿Impulsará esta iniciativa una paz duradera en una de las regiones más volátiles del mundo, o simplemente marcará un nuevo capítulo en las arenas cambiantes de la política de Oriente Medio?
Las fuentes de este artículo incluyen: China Military Online, china.com.cn.